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Los buitres leonados de Bardenas viajan hasta las dehesas extremeñas y andaluzas

Estas zonas son extremadamente ricas en biodiversidad y poseen recursos alimenticios diversos, abundantes y atractivos.

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photo_camera Marcado de los pollos volantones de buitre leonado. Foto: Comunidad de Bardenas

La Comunidad de Bardenas Reales y la Estación Biológica de Doñana (CSIC) vienen colaborando desde 2015 en el estudio de los movimientos de buitres leonados del Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Bardenas.

Fruto de ello es el marcaje de 37 buitres adultos de Bardenas y su entorno, que han sido seguidos durante años gracias a dispositivos GPS. La enorme información acumulada (once millones de localizaciones a día de hoy) ha permitido conocer la “vida privada” de estas aves, en aspectos hasta ahora prácticamente desconocidos.

El buitre leonado es, por su tamaño y abundancia, la especie que tiene un papel preponderante en el mantenimiento de servicios ecosistémicos clave, como la eliminación de restos de ganadería a coste cero para los dueños de las explotaciones. De ahí el interés en conocer cómo estos buitres realizan sus movimientos y qué factores los modulan.

Un aspecto clave a investigar era el de los denominados “movimientos a larga distancia”. En un número reciente de la prestigiosa revista Scientific Reports, del Grupo Nature, investigadores de la EBD-CSIC han combinado los datos de los buitres de Bardenas Reales con los obtenidos por otros científicos de universidades españolas y francesas en diferentes regiones (Sierras de Cádiz y Cazorla en Andalucía; Pirineos catalanes y franceses).

La extensión del trabajo, en cinco áreas de estudio, y el número de individuos marcados, más de 100, lo convierten con seguridad en el proyecto de ecología del movimiento con aves carroñeras más ambicioso llevado a cabo en Europa con estas aves. Los resultados son espectaculares y han recibido atención preferente en la prensa nacional e internacional.

Los buitres leonados adultos que nidifican en colonias de la zona de Bardenas Reales, al igual que los del resto de las áreas estudiadas, acaban encontrándose en las dehesas del suroeste de España; en no pocas ocasiones, esos viajes superan los 1.500 kilómetros entre la ida y la vuelta.

Estos resultados desmontan la creencia generalizada de que los buitres leonados no se alejan mucho de sus colonias. En este trabajo se muestra cómo los individuos son capaces de viajar a cientos de kilómetros para asentarse durante periodos de tiempo muy variable, en áreas de Extremadura, Castilla la Mancha y Andalucía occidental, y después volver a sus colonias de origen.

Lo más llamativo es que estos viajes, en singladuras de varios días, llegan a ser realizados incluso por adultos en plena época de reproducción, con pollo en el nido; en la mayoría de las ocasiones se trata de hembras, de modo que los pequeños se quedan entretanto a cargo de sus parejas.

El punto clave del trabajo es que buitres de Bardenas, y de todas las poblaciones estudiadas, han viajado a la misma zona del suroeste de Iberia. Los análisis realizados muestran que es la existencia de dehesas lo que determina esta atracción y convergencia de las aves en esta región.

La razón es que esos ambientes de dehesa, que reúnen usos del suelo tradicionales muy diversos donde se intercalan arbolado propiamente adehesado, pastizales, cultivos y monte mediterráneo, son extremadamente ricos en biodiversidad y poseen recursos alimenticios diversos, abundantes y atractivos.

Ello se debe a la gran cabaña ganadera extensiva y a que, en muchos casos, los propietarios de las explotaciones siguen dejando los animales muertos a disposición de las aves, gracias a nuevas normativas sanitarias que lo permiten. Por otro lado, las poblaciones de ungulados salvajes (ciervos y jabalíes) han aumentado en las sierras mediterráneas, lo que también proporciona recursos gracias a mortalidad natural y monterías.

En conclusión, tal como señalan los autores del trabajo “las dehesas son ejemplos de cómo economías humanas tradicionales favorecen el mantenimiento de la biodiversidad y de procesos ecológicos complejos que pueden ser clave para mantener funciones y servicios dentro de los ecosistemas. Las futuras estrategias de conservación de las dehesas ibéricas deben considerar la dinámica de movimientos de organismos que se desplazan allí desde regiones muy distantes por lo que los enfoques deben ser transfronterizos entre regiones y países”