La primera colección de fuegos artificiales de las Fiestas de Santa Ana en Tudela, celebrada en la noche del viernes 25 de julio, estuvo a punto de no celebrarse debido al fuerte viento registrado en la zona de lanzamiento, situada en la margen izquierda del río Ebro. El espectáculo, previsto para las 23:15 horas, comenzó finalmente a las 23:30 tras una nueva medición que confirmó la mejora de las condiciones meteorológicas.
“El protocolo lo que dice es que antes de tirar los fuegos se hace una revisión de las condiciones meteorológicias”, ha explicado esta mañana Tomás Ballesteros, responsable de los eventos de fuegos artificiales y de conciertos de las fiestas. “La norma dice que a partir de 10 metros por segundo no es una zona de seguridad”, ha indicado.
Una primera medición preocupante
Tal y como ha relatado Ballesteros, hacia las 23:00 horas se situaron en el puente del Ebro, el punto de referencia para medir el viento. “Nos encontramos con que había viento estable de 9 metros al segundo con ráfagas de 12. Entonces, las condiciones climatológicas no eran adecuadas”, ha asegurado.
No obstante, como es habitual que el viento tienda a remitir pasadas las once de la noche, decidieron esperar unos minutos. “Se volvió a hacer otra medición hacia las 23:15 o 23:20 horas y entonces había bajado el viento a 4 o 6 de condiciones estables, con picos de 9. Como ya el tiempo estaba estabilizándose, estaba mejorando, es cuando se decidió empezar a tirar los primeros fuegos de aviso”, ha apuntado. “Luego ya casi no había viento, entonces, por protocolos de seguridad ya se podía tirar”.
Anemómetro en el puente, no en estaciones lejanas
El aparato utilizado para controlar el viento es un anemómetro, que colocan cada noche en el puente del Ebro. “Es la peor zona, por así decirlo, donde puede haber más viento, y si ahí cumplimos, se entiende que cumplimos en el resto”, ha señalado. Ballesteros ha defendido la decisión de tomar mediciones en el propio lugar del lanzamiento y no fiarse de estaciones meteorológicas lejanas: “Queremos mirarlo ‘in situ’”.
Una situación que se repite cada año
Ballesteros ha reconocido que este tipo de incertidumbre es habitual en Tudela por la presencia del cierzo: “Llevamos todos los años mirando, desde hace bastantes años, el viento desde las 23:00 o 23:15 horas. Es algo curioso porque es habitual que a las 23:00 horas haya mucho viento y a las 23:15 o 23:20 horas, de repente, hay una calma. Ya estamos acostumbrados, no sabemos el motivo, pero bueno”.
No hay sistema de aviso al público si se suspende
Preguntado por cómo se comunica una posible suspensión, Ballesteros ha aclarado que no existe un sistema de aviso para el público. “Todavía no nos ha pasado. Lo que no se haría sería tirarlo. No tenemos un sistema de aviso, pero estamos coordinados tanto con los pirotécnicos, que son los que los van a lanzar, junto con Bomberos de Tudela, que también están ‘in situ’, y la Guardia Civil, que es la unidad responsable de verificarlo”. Añadió que en caso de no cumplir las condiciones, simplemente no se lanza.