TUDELA

La moratoria no afecta a la planta de Tudela porque no tratará estiércol

Así aclara Fernando Mendoza, gerente de NILSA, porqué sigue adelante el proyecto de la planta de fangos de Tudela
Fernando Mendoza, gerente de NILSA, en su visita a la depuradora de Tudela
photo_camera Fernando Mendoza, gerente de NILSA, en su visita a la depuradora de Tudela

Fernando Mendoza, gerente de Nilsa, ha pasado por los micrófonos de Radio Tudela 96.0 FM para defender el proyecto de la planta de fangos de Tudela y responder a las últimas declaraciones de Alejandro Toquero.

Según explicó, la moratoria aprobada en el Parlamento se dirige a instalaciones que gestionan residuos agroganaderos, un modelo distinto al de la depuradora tudelana, centrada exclusivamente en fangos urbanos. “No estamos en la moratoria por concepto. El objetivo de la moratoria no eran las plantas de biometanización en general, eran las plantas de biometanización con residuos agroganaderos.” señaló.

Mendoza insistió en que la planta es “necesaria, madura y obligada por la legislación”, y que su función será modernizar la gestión de residuos, generar biogás y reducir costes, evitando el actual envío de fangos a una planta privada de Zaragoza.

Por qué se plantea una nueva planta de fangos en Tudela

Mendoza recordó que la depuradora de Tudela se construyó en 2002, en el marco del plan impulsado por el Gobierno de Navarra para sanear los cauces. Dos décadas después, la instalación necesita una renovación profunda y una mejora del tratamiento de sus residuos.

La primera fase, ya en marcha, se centra en la línea de agua: renovación eléctrica y mecánica, un nuevo edificio de control y adecuación de espacios. La segunda fase es la polémica: la planta de fangos de Tudela, donde se pretende centralizar cerca del 40% de los fangos de Navarra.

Qué es el fango y qué se hace ahora con estos residuos

El gerente explicó que los fangos son el residuo no peligroso que generan las depuradoras. Hoy, una parte ya se trata de forma avanzada en la planta de Arazuri, cerca de Pamplona, mientras que otra se envía en camiones a una planta privada en la provincia de Zaragoza.

Esos camiones transportan fango con mucha agua, lo que dispara los costes económicos y ambientales. Según Mendoza, la propuesta pasa por concentrar esos fangos, reducir su volumen y tratarlos en Tudela, en lugar de seguir enviándolos fuera de Navarra.

Nilsa plantea tratar en Tudela hasta un 40% de los fangos de Navarra, con solo dos camiones extra al día y produciendo biogás y fertilizantes.

Menos camiones y generación de biogás, según Nilsa

Una de las grandes inquietudes vecinales es el tráfico pesado. Mendoza admitió que habrá más camiones entrando a la depuradora, pero aseguró que el aumento real será muy limitado gracias a la concentración del fango.

Explicó que un fango normal tiene alrededor de un 3% de materia seca y un 97% de agua. Con un proceso de centrifugado, Nilsa plantea elevar la materia seca hasta el 6-7%, lo que reduciría en torno a un 80% el volumen transportado.

Con esos cálculos, el gerente cifró el incremento en “dos camiones al día”, una cifra que, insistió, puede explicarse y auditarse “con transparencia”. La planta de fangos de Tudela incorporaría además un proceso de digestión anaerobia para producir biometano y aprovechar ese gas en la red.

Diferencias con las plantas de biometanización agroganaderas

El debate público se ha mezclado con la polémica sobre otras plantas de biometanización en Navarra, ligadas a residuos agroganaderos. Mendoza subrayó que no se trata del mismo modelo.

Recalcó que en la depuradora tudelana “no vamos a traer estiércoles ni de las granjas cercanas ni de las lejanas”, sino únicamente fangos urbanos procedentes de depuradoras del ciclo integral del agua. La materia tratada se genera, en gran parte, en la propia planta de Tudela y en depuradoras de su entorno.

El proceso avanzado permite obtener un fango estabilizado, sin olores y con características de fertilizante, que podría sustituir a parte de los abonos inorgánicos que hoy se importan. Ese producto, según Nilsa, se aplicaría en colaboración con el sector agrícola y con control técnico.

La crítica del Ayuntamiento y la cuestión de la moratoria

Frente a la defensa técnica de Nilsa, el alcalde Alejandro Toquero mantiene un rechazo frontal al proyecto. En la entrevista se recuperaron declaraciones suyas muy duras, en las que hablaba de “traición” del Gobierno de Navarra y cuestionaba la tramitación de la planta.

Toquero denunció que, mientras el Parlamento aprobaba una moratoria de un año para nuevas instalaciones de biometanización, la planta de Tudela quedaba fuera por la vía administrativa. Acusó al Ejecutivo foral y a Nilsa de actuar con alevosía y anunció su intención de “romper cualquier tipo de acuerdo vigente” sobre la depuradora.

Mendoza respondió repasando el texto final de la moratoria y las excepciones pactadas por los grupos. Defendió que el expediente cumplía las condiciones para seguir adelante por estar “muy avanzado” y contar ya con informes favorables, y negó que se hubiera tramitado en “tres días”, como sostiene el alcalde.

Ubicación, distancias y seguridad de la instalación

Otro de los puntos calientes es la ubicación de la planta de fangos de Tudela. El Ayuntamiento ha insistido en que se levantará a apenas 800 metros de la ciudad, con riesgo de inundabilidad y carga ambiental añadida.

Mendoza replicó que la distancia real al núcleo de población más cercano supera el kilómetro y medio, y comparó la situación con otras depuradoras de ciudades como Pamplona o Logroño, integradas en su entorno urbano sin incidentes graves.

Sobre la seguridad, lanzó un mensaje directo: “No es una instalación peligrosa, no es una instalación peligrosa”. Recordó que el metano ya circula bajo las calles de cualquier ciudad en redes de gas, y que en Tudela no se va a acumular a grandes presiones, salvo en el momento de inyectarlo en la red.

Aunque firme en la defensa del proyecto, el gerente de Nilsa hizo también cierta autocrítica. Admitió que “ha podido faltar explicación” y que quizá no supieron contar desde el inicio todas las fases de la actuación prevista en Tudela.

Señaló que el alcalde estaba informado del proyecto, tanto en la actual legislatura como en la anterior, y que participa en el consejo de administración de Nilsa. Aun así, reconoció que, si pudiera volver a enero o febrero de 2024, intentaría explicarse “un poquito mejor”.

Mendoza apeló finalmente al diálogo y a la responsabilidad compartida. Recordó que Tudela es la capital de la Ribera y que genera buena parte de los fangos que se quieren tratar.

Defendió que la planta de fangos de Tudela es un proyecto maduro, técnicamente necesario y ajustado a la legislación, y pidió que las decisiones se tomen escuchando a la ciudadanía, pero también respetando los criterios técnicos.