- Recuperar la historia desde la custodia del territorio
- Educación al aire libre con impacto social
- Del escepticismo al orgullo
- Una historia viva contada por sus protagonistas
El Cerro de Santa Bárbara de Tudela, lugar donde se asentó el antiguo castillo y germen de la ciudad, vuelve a cobrar vida gracias al proyecto ‘Memoria del Castillo’, una iniciativa educativa y social impulsada por la Fundación El Castillo en colaboración con el programa Reforzando Vínculos de Cruz Roja. A través de entrevistas a vecinos y vecinas del barrio, el alumnado del centro ha creado un recorrido que invita a descubrir cómo se vivía en Tudela décadas atrás, en un entorno recuperado desde la sostenibilidad y la educación.
Recuperar la historia desde la custodia del territorio
El paseo, señalizado con siluetas de madera y códigos QR, permite a quienes se acerquen al cerro conocer historias reales contadas por personas mayores del barrio. “Queríamos que esas vivencias no se perdieran y que quedaran accesibles a todo el mundo en un lugar privilegiado como el Cerro de Santa Bárbara”, explica Abel del Rey, profesor del centro.
La propuesta forma parte de un proyecto más amplio de custodia del territorio escolar. “Aplicamos una herramienta de la legislación ambiental y la convertimos en una herramienta educativa. Nos damos una vuelta por el barrio, preguntamos a los vecinos qué necesidades hay y planteamos acciones para mejorar el entorno”, señala Del Rey.
Educación al aire libre con impacto social
El alumnado ha participado activamente no solo entrevistando a los vecinos, sino también elaborando siluetas de madera y editando vídeos. Todo ello puede verse a lo largo del recorrido, ubicado junto a los bancos del cerro, donde además se han colocado códigos que activan las grabaciones. “Se trata de un paseo adaptado a todas las edades. Queremos que venga gente joven, mayor, familias… Que escuchen cómo era Tudela y cómo se vivía en este barrio”, comenta el profesor.
El proyecto también tiene un claro componente ecosocial. “Nuestra escuela pertenece a la Red de Escuelas Sostenibles. Queremos que nuestro alumnado se convierta en un actor que transforme su entorno y lo convierta en un lugar mejor a nivel ambiental, social y económico”, apunta Del Rey, que destaca el valor educativo del cerro como aula al aire libre. “Muchas veces confundimos el aprendizaje con estar sentado. El territorio da tantas oportunidades que salir fuera, descubrir, volver a clase y documentarse es una forma magnífica de aprender”.
Del escepticismo al orgullo
El entusiasmo del alumnado ha crecido con el desarrollo del proyecto. “Al principio preguntaban ‘¿esto para qué?’ o ‘¿nos pagan?’. Pero cuando vieron el resultado y presentaron el trabajo a los visitantes, su orgullo era increíble”, recuerda Del Rey.
Además del paseo de la ‘Memoria del Castillo’, la Fundación ha creado también una gincana sobre aves del cerro, con preguntas y juegos diseñados por el propio alumnado. Todo con el objetivo de animar a las familias a acercarse y disfrutar de este entorno: “Queremos que no sea solo un sitio de paso para pasear al perro, sino un lugar al que la gente venga con gusto, aprenda y se emocione”.
Una historia viva contada por sus protagonistas
La recuperación de la historia reciente, contada por sus protagonistas, es uno de los pilares del proyecto. “Muchas veces estudiamos la historia con los reyes y no con la gente. Pero hay que sentarse a preguntar y escuchar. La historia viva que te cuentan los vecinos ayuda mucho mejor a entender la realidad que vivimos”, concluye Del Rey.