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Irache propone la creación de un plan ágil de transición energética en Navarra

La Asociación de Consumidores  insta a implementar medidas más urgentes para dar protección a los hogares más vulnerables en la actual coyuntura inflacionista

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photo_camera Placas solares en la cubierta de un edificio.

La Asociación de Consumidores de Navarra Irache considera necesario que se trabaje en la creación de un plan ágil de transición en la Comunidad hacia un sector energético más autónomo y sostenible, con una hoja de ruta que permita cumplir objetivos reseñables en un plazo máximo de cinco años. Así lo ha propuesto en el Consejo Económico y Social de Navarra en que ha participado.

Un sector energético más autosuficiente y sostenible

Navarra sufre una dependencia energética del exterior demasiado acentuada, de cerca del 80%. Esto nos hace más vulnerables a acontecimientos internacionales que exceden a nuestras posibilidades de intervención, como se puede comprobar en el actual contexto.

Por ello, hay que trazar un plan que incorpore y cuente con el consenso de todos los agentes (consumidores, empresas y administración) y con la aprobación de los estamentos políticos pertinentes.

Este plan deberá favorecer (fiscalmente, económicamente, con infraestructuras…) la producción propia de energías limpias. Por otro lado, deberá dar recursos y protagonismo a los ayuntamientos para fomentar junto con la sociedad un cambio de hábitos hacia el autoconsumo energético.

Se deben crear redes eficientes que gestionen las ayudas y el asesoramiento para impulsar las infraestructuras y propiciar un cambio en el rol del consumidor en el campo de la energía.

Este plan debe ser la base sobre la que construir una comunidad más autosuficiente, sostenible y justa en el sector energético y volver a hacer de Navarra una región pionera en este campo.

Cambiar el sistema de fijación del precio para ajustarlo al coste real

Junto a este plan, hay que tomar ahora decisiones a corto plazo para asegurar que las subidas en el gas y la luz no impiden a los hogares navarros el acceso a estos bienes de primera necesidad.

En este sentido, en primer lugar hay que cambiar el sistema de fijación del precio. No puede ser que los consumidores estemos pagando un precio mucho mayor que el coste real de producir la energía que consumimos y que estemos tan expuestos a acontecimientos de la geopolítica internacional.

Rebajar o suprimir impuestos

En segundo lugar, habría que rebajar o suprimir los impuestos hasta que no haya una normalización de los precios. Se trata de acercar los bienes de primera necesidad a los consumidores, en un momento en que los precios están suponiendo un verdadero esfuerzo para que los hogares puedan acceder a ellos.

Ampliar el bono social

Junto a ello, se requiere una revisión del bono social para adaptarlo y ampliarlo, si es necesario, a todas aquellas familias en las que la factura de la luz o el gas pueda ser un peso demasiado grande y desvincular, al menos en el bono social, del coste del gas. Navarra no se puede permitir la pobreza energética.

Más viviendas accesibles

La vivienda es una de las mayores preocupaciones del consumidor y existe una necesidad real de viviendas, tanto en alquiler como de compra. Los datos que muestran a Pamplona como la cuarta capital donde más sube el precio hablan de unos precios que dificultan el acceso a las viviendas.

Ante esta situación, es necesario un mayor desarrollo de pisos en Pamplona y Comarca para el alquiler y compra. Debe haber una oferta, tanto en compra como en alquiler, que responda a los ingresos, reales, de los demandantes y establecer mecanismos para que los inquilinos no vean las rentas como una inversión en saco roto -el alquiler con opción a compra es una alternativa- y los arrendadores puedan alquilar su casa con todas las garantías de cobro y de mantenimiento.

Producto de cercanía y calidad

Hay que fomentar y apoyar la agricultura y ganadería navarras y avanzar en una mayor autonomía alimentaria. En este sentido, tiene que haber programas que impulsen la modernización de nuestro sector primario, para conseguir una mayor eficiencia y, sobre todo, una mayor calidad, tanto en el producto como en la sostenibilidad.

El sector alimentario es marca Navarra, y como tal, debe aportar un valor añadido y comunicarlo al consumidor. Este debe ser consciente de la procedencia del producto, del proceso por el que ha pasado y, por qué no, de los costes que supone.

Entendemos que los productores tienen derecho a conseguir unos beneficios razonables y, por ello, buscar una transparencia en el aspecto económico puede ser la mejor forma de llegar al consumidor y de animarle a optar por el producto de cercanía.

En este campo, hay que trabajar en sinergia con distribuidores, comerciantes y consumidores. La cadena alimentaria navarra solo mejorará si se implica a todos los agentes.

Apoyar a las economías más débiles

Si queremos una sociedad cohesionada debemos ofrecer los recursos básicos a las personas que no pueden acceder a ellos. En este contexto, y especialmente en el energético, nos parece que hay que impulsar y ampliar el bono social eléctrico.

En la misma línea, convendría revisar el bono térmico y las ayudas que se ofrecen por él, tanto en importe como en fechas, puesto que con los actuales precios las ayudas contempladas el año pasado pueden ser insuficientes y, de ampliarse, deberían abonarse la diferencia a los que ya han podido recibir su ayuda.

La Administración debe trabajar por dar a conocer estas ayudas. Es necesario hacer llegar la información y facilitar la gestión de los bonos sociales a todos los hogares que podrían tener acceso a ellos.

Además de la vivienda, y los suministros energéticos, el otro bien básico primordial es la alimentación. La Administración debe asegurarse de que todos los ciudadanos mantienen unos niveles de alimentación y nutrición adecuados.

Para ello, debe colaborar con todas aquellas organizaciones que, como Cáritas o el Banco de Alimentos, hacen llegar la comida a las personas más vulnerables.

Canalizar la solidaridad con Ucrania

Navarra ha sido y sigue siendo una tierra solidaria con otras regiones y países. Para canalizar estos valores de la ciudadanía, la Administración debe implementar los cauces necesarios para fortalecer y apoyar a todo ese tejido social que apoya y colabora a otras personas que lo están pasando mal, hoy de forma muy especial con el pueblo ucraniano.