La senadora de Unión del Pueblo Navarro (UPN), María Caballero, preguntará en sesión de control al Gobierno de hoy a la vicepresidenta tercera del Ejecutivo y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, sobre los plazos concretos y actuaciones previstos para culminar la segunda fase del Canal de Navarra.
La senadora regionalista plantea esta cuestión a Ribera después de que el pleno de la Cámara Alta aprobara el pasado 10 de abril por mayoría una moción de UPN en la que se solicitaba al Gobierno, entre otras cosas, “resolver a la mayor brevedad posible las alegaciones a la segunda fase del Canal de Navarra e impulsar tanto los trámites administrativos y medioambientales como la posterior licitación de la obra”. Iniciativa que salió adelante con los votos a favor de PP, Vox y UPN, y en contra de PSOE, Bildu, Geroa Bai y PNV.
“La ministra Ribera –asegura Caballero– afirmó hace tres meses que se está ultimando el convenio económico-financiero de la segunda fase del Canal de Navarra. Una declaración muy vaga, que desde UPN queremos que concrete explicando qué actuaciones pendientes y qué plazos están en la agenda del Gobierno para avanzar en este proyecto”.
“Y también dijo –añade la senadora– que las alegaciones a dicho proyecto ya estaban contestadas, cuando lo cierto es que están pendientes de contestar, lo mismo que la declaración de impacto ambiental, que sigue sin resolverse, dos actuaciones que corresponden al Ministerio.
“Lamentablemente, el tiempo invertido por la ministra en la campaña de las elecciones europeas sumado a su posible salida del ministerio nos inquieta por lo que vaya a suponer de abandono de este proyecto tan necesario”, explica Caballero.
“Estos retrasos –asegura– dilatan la licitación de las obras, que la presidenta de Navarra, María Chivite, en plena campaña de las elecciones forales, aseguró que tendría lugar a finales de 2023.
En consecuencia, la segunda fase del Canal “se encuentra en un estado de indefinición absoluto que no nos podemos permitir para uno de los motores principales de desarrollo económico, social, rural y agrícola de la Comunidad Foral”, concluye Caballero.
Cabe recordar que esta infraestructura, que lleva un retraso acumulado de más de seis años, permitirá transportar agua a la Ribera de Navarra, la zona más seca y pobre de la comunidad, garantizando el abastecimiento a tres cuartas partes de la población, la puesta en regadío de más de 20.000 hectáreas y la regulación de los ríos Irati, Aragón y Ebro.
