El Campus de La Probeta, programa formativo y de aceleración gratuito dirigido a proyectos creativos y audiovisuales, se encuentra ya en su tercera fase, la fase de acompañamiento y puesta en marcha, y cuyo objetivo clave es activar un plan individualizado de asesoramiento y la puesta en marcha de los cinco proyectos finalistas.
Uno de esos proyectos es 'Akelarre Ilustrado', presentado por la ilustradora, artista plástica y grafitera pamplonesa Myriam Cameros.
-¿En qué consiste su idea y hace cuanto que la había pensado?
'Akelarre Ilustrado' quiere ser un lugar donde partes significativas de mi trayectoria profesional y personal se junten. Por un lado, está un recorrido de 20 años como ilustradora y docente en el mundo de la edición, donde destacan títulos como 'La cenicienta que no quería comer perdices'; publicado en varios países o 'Tierra trágame', cómic ganador del Premio Bruguera al mejor cómic 2019 o la reciente exposición en el Museo de Navarra: 'Si el ahora es elegir, lo hacemos en piezas'; y por el otro, la parte más de búsqueda que se concreta en formaciones del ámbito psico-transpersonal como la Arteterapia.
- ¿En qué fase se encuentra y cuáles son sus objetivos respecto a la idea para los próximos seis meses?
Está en una fase de experimentación. Mi paso por La Probeta y con las diferentes personas especialistas, me han ayudado a ver que tengo que dar una estructura más sólida a la hora de la comunicación y la planificación.
- ¿Cómo se animó a participar y qué le está aportando La Probeta?
Me animé porque ya sólo el hecho de juntarnos varios agentes culturales del territorio es un regalo. En las ciudades grandes siempre hay más oportunidad de encuentro con otras personas de tu sector. Aquí somos 'rara avis', y sienta bien ver que no estamos solos y que hay gente cerca que comparte parecidos anhelos, intereses y direcciones.
- ¿Qué pensó y qué significó haber sido seleccionado para la segunda fase?
Un regalo, una oportunidad de profundizar en diferentes aspectos de la aventura del emprender de sectores culturales, y una alegría compartir más tiempo con mis compañeros y conocer mejor sus proyectos, que al ser del mismo campo, siempre son enriquecedores también para el tuyo.
- ¿Qué diferencia hay entre empezar esta andadura solo/a o hacerlo con la ayuda del Consorcio Eder?
Todo cambia. Sabes que tienes un acompañamiento de gente que te va a escuchar y va a reconocer los puntos diferenciales de tu proyecto respecto a otro. También me gusta de Eder, una especie de tejido que se va construyendo donde diferentes agentes de diferentes disciplinas y campos podemos estar en contacto y enriquecernos.
- Otros aspectos que quiera destacar.
El poder hacer este tipo de cursos también en Tudela. Las reacciones y comentarios de los profesionales de La probeta. Una mirada necesaria cuando se trabaja de una manera más individual. Y el buen rollo que hemos tenido entre todas y todos.
