CASCANTE

Fallece Manuel Clemente Ochoa, artista universal de Cascante

El artista, nacido en Cascante, muere a los 88 años dejando un legado decisivo en la escultura contemporánea
Muere a los 88 años Manuel Clemente Ochoa, escultor cascantino de prestigio internacional.
photo_camera Muere a los 88 años Manuel Clemente Ochoa, escultor cascantino de prestigio internacional.

El mundo del arte despide hoy a Manuel Clemente Ochoa, uno de los creadores navarros más influyentes de las últimas décadas. El artista cascantino falleció este 4 de diciembre a los 88 años.

El Ayuntamiento de Cascante a querido trasladar el pésame a la familia y reconocer la trayectoria de un creador que “ha llevado el nombre de nuestra ciudad por toda la geografía mundial”.

Un escultor que marcó la identidad artística navarra

Nacido el 18 de febrero de 1937, Clemente Ochoa fue escultor, pintor y grabador. Su formación se desarrolló en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge, en Barcelona, donde perfeccionó una mirada artística que combina expresividad, verticalidad y una conexión permanente con la figura humana.

En 1962 obtuvo la cátedra de dibujo de Enseñanza Media y un año más tarde la de Escuela Universitaria, que ejerció primero en La Laguna y después en Barcelona. Posteriormente se convirtió en catedrático de expresión visual y plástica de la Universidad Central de Barcelona.

Hasta los años 70 centró su producción en la pintura, con especial interés por el retrato y el paisaje. Sin embargo, en la década de los 80 consolidó una escultura figurativa de carácter expresionista, marcada por el bronce y por una verticalidad que dota a sus figuras de una sensación característica de ingravidez.

Un legado que trasciende fronteras

La influencia de Manuel Clemente Ochoa se extendió por espacios culturales de Europa, América y Oriente Medio, pero también dejó una huella especialmente visible en la Ribera de Navarra.

En esta zona pueden contemplarse algunas de sus obras públicas más reconocidas, como el Homenaje a Pedro Malón (1986) en Cascante, el Monumento a Jesús Basiano (1990) en Murchante o la pieza A las tres culturas (1997), instalada en Tudela. En su localidad natal también creó Encuentros (2000), ubicada en la Bodega de Nuestra Señora del Romero, y más tarde la Puerta de la Amistad (2011), una obra que simboliza la unión entre pueblos y generaciones.

Además de su presencia en la Ribera, sus esculturas están repartidas por enclaves navarros emblemáticos como el Señorío de Bertiz, la Universidad Pública de Navarra o el parque Tomás Caballero de Pamplona. Su proyección internacional incluye ciudades como Barcelona, Zaragoza, Castelldefels, Madrid, Andorra, Burdeos, Lausana o Dubái, junto a exposiciones destacadas en Nimes, Montpellier o Béziers.

Ochoa produjo más de treinta obras de arte público, caracterizadas por la verticalidad, la abstracción progresiva y el uso expresivo del bronce como material principal. Su trabajo está presente también en museos como los de Lanzarote, Vilafamés, Zaragoza, Vence o Navarra, consolidando una trayectoria que dialoga con diferentes culturas y paisajes desde la década de 1970.

Manuel Clemente Ochoa deja una obra internacional que sitúa a Cascante en el mapa cultural contemporáneo.

Un artista reconocido por críticos y academias

A lo largo de su carrera recibió distinciones como el Premio Ville de Vence, la Mención de Honor de la Asociación de Críticos de Arte de Miami o el Premio Internacional Arte y Cultura de la Academia de San Marcos, además de reconocimientos en Turín y Roma.

Su obra está presente en colecciones del Museo Provincial de Navarra, el Museo Goya-Fuendetodos, el Museo de Arte Moderno de Tarragona, el Museo de Lanzarote, el Museo de Bellas Artes de Zaragoza, el Parlamento de Navarra o la sede del Comité Olímpico Internacional en Lausana.

Exposiciones y miradas sobre su creación

Participó en exposiciones en ciudades como Nimes, Montpellier, Sète, Granada, Yokohama o Nueva York.

En 1997 mostró parte de su trayectoria en el Centro de Cultura Castillo de Maya de Pamplona, donde el comisario Francisco Javier Zubiaur destacó: “Su escultura parte de una idea —la comunicación, la ruptura, la plenitud— siempre atribuida al mundo animal o humano que trata de desvelar de forma incompleta durante la ejecución, para proponer un diálogo espiritual de las formas con el espectador”.

En Cascante destacan también dos piezas emblemáticas: la escultura dedicada a Fray Pedro Malón de Echaide (1986) y la Puerta de la Amistad, instalada en 2011.

El fallecimiento de Manuel Clemente Ochoa supone la pérdida de un creador esencial cuyo legado seguirá dialogando con generaciones futuras, tanto en Navarra como en los numerosos espacios del mundo que acogen su obra.