Desde el pasado 23 de octubre está en vigor la modificación de la Ordenanza de Conductas Cívicas del Ayuntamiento de Tudela, aprobada en pleno el pasado 29 de septiembre y publicada en el Boletín Oficial de Navarra.
La nueva redacción introduce cambios significativos que afectan tanto a propietarios de animales como a peatones, conductores y comerciantes con el fin de promover una convivencia más respetuosa y garantizar la protección de los espacios públicos.
Los dueños de perros deberán llevar agua para diluir la orina
La medida más comentada llega en el artículo 24.2: los propietarios de perros deberán portar no solo una bolsa para recoger los excrementos, sino también un recipiente con agua para diluir la orina.
El objetivo es mantener limpias las fachadas, farolas y aceras, especialmente en el casco urbano.
Las infracciones por no cumplir esta norma pueden considerarse leves, pero conllevan sanciones económicas. Además, los agentes municipales podrán requerir a los propietarios que limpien en el momento la zona afectada.
La obligación de llevar agua para diluir la orina canina se ha convertido en el símbolo más visible de una norma que aspira a mejorar la convivencia y la imagen de la ciudad.
Conductas incívicas: del escupitajo al cartel sin permiso
El nuevo texto también actualiza las infracciones leves, graves y muy graves. Entre las más habituales se sancionará a quien:
- Orine, defeque o escupa en la vía pública.
- Deposite basura fuera de los contenedores o deje bolsas junto a papeleras.
- Coloque carteles, pancartas o adhesivos sin autorización municipal.
- Ensucie bancos, paredes o mobiliario urbano con pintadas o residuos.
- Abandone objetos peligrosos o de vidrio en espacios comunes.
Según la gravedad, las sanciones pueden ir desde los 100 hasta los 3.000 euros. Las infracciones muy graves incluyen comportamientos que pongan en riesgo la salud, la seguridad o la integridad de las personas.
Ejemplos cotidianos que ahora son sancionables
Entre las conductas que ahora se controlarán con mayor atención se encuentran:
- Dejar la basura fuera de hora o en días no autorizados.
- Usar altavoces o música alta en la vía pública que cause molestias a los vecinos.
- Alimentar animales callejeros sin autorización, por motivos de salubridad.
- Romper ramas, arrancar flores o dañar zonas verdes.
- Acampar o dormir en parques sin permiso municipal.
El Ayuntamiento subraya que no se trata solo de sancionar, sino de fomentar hábitos cívicos y reforzar el respeto hacia los espacios comunes.
Responsabilidad individual y colectiva
La ordenanza recuerda que el civismo es una responsabilidad compartida. Cada persona es responsable de mantener el entorno limpio y respetar las normas básicas de convivencia.
El texto promueve la educación en valores cívicos a través de campañas informativas, talleres en centros escolares y colaboración con asociaciones vecinales.
Además, el consistorio podrá sustituir determinadas multas por actividades formativas o de utilidad pública, especialmente para infracciones leves cometidas por menores.
Protección del espacio público y mobiliario urbano
Otro de los ejes de la norma es la protección del mobiliario urbano.
Se prohíbe deteriorar bancos, papeleras, señales o fuentes, así como el uso inadecuado de parques infantiles. También se sancionará a quienes dañen los sistemas de riego o iluminación pública.
El Ayuntamiento considera los espacios públicos como bienes comunes, por lo que cualquier daño repercute en toda la ciudadanía.
La nueva ordenanza combina sanción y educación: busca prevenir, corregir y sensibilizar más que castigar, apostando por una Tudela limpia, amable y respetuosa.
Un texto más claro, moderno y participativo
El documento actualiza su redacción para hacerla más comprensible y adaptada a la realidad social. Su aplicación será progresiva, con un periodo inicial de información ciudadana en el que los agentes priorizarán la labor educativa frente a la sancionadora.
En palabras del Ayuntamiento, el objetivo es “reforzar el respeto y la convivencia en Tudela, garantizando que todos los vecinos disfruten de una ciudad cuidada y segura”.
La nueva Ordenanza de Conductas Cívicas redefine la relación entre ciudadanía y entorno urbano, recordando que la mejor sanción es la prevención y el compromiso de cada vecino con su ciudad.
 
                   
               
               
         
           
       
           
           
           
           
           
           
          