Cáritas Diocesana de Pamplona y Tudela ha atendido a 5.404 personas en 2022, 671 más que en 2021, lo que supone un 14,18% de aumento y un cambio de tendencia ya que el pasado año un descenso del 20 % debido a la pandemia.
Este incremento se traslada también al total de personas beneficiadas, que asciende a 13.202, un 19,76% más que el año anterior, según ha presentado esta semana en rueda de prensa el presidente de la organización, Ángel Iriarte.
En 2022 se ha registrado un significativo aumento de las personas que acuden a Cáritas por primera vez. En 2021 hubo un pequeño aumento, pero este año se han disparado los datos con 1.558 personas, un 56% más. Es un incremento que se debe, en parte, al aumento sustancial en el servicio de inmigración, con un 41%, relacionado con la reapertura de las fronteras tras la pandemia.
Son datos "preocupantes" para Iriarte, que ha puesto el foco en un fenómeno "digno de estudio". El Centro San Miguel del corazón de Pamplona, para personas sin hogar, ha atendido a 459 usuarios, un 53% más que el pasado año. El dato de atención de antes de la pandemia, en 2019, fue de 217 personas y este año se han atendido más del doble, y 75 al día.
El 35% de las personas que acuden al centro no tienen ningún tipo de ingresos por no reunir los requisitos para solicitar la Renta Garantizada. Además, el 35%, 185 personas, son menores de 25 años, algo que preocupa especialmente a Cáritas.
Que Navarra sea la comunidad con menor tasa de pobreza no significa nada, según Iriarte, ya que los datos de atenciones de Cáritas demuestran que hay muchas personas sin recursos.
Iriarte ha señalado problemas que se están "cronificando" y ha señalado como uno de ellos el acceso a la vivienda. "Sigue ahí, como hace 10 años, y no hay políticas que indiquen que la situación pueda cambiar. Es urgente que los políticos dejen las cuestiones que solo les importan a ellos y hagan un pacto entre todas las fuerzas para crear un plan realista que dé cabida a todas las personas y que esté formulado a largo plazo", ha señalado.
"Si cada cuatro años llega un consejero o un gobierno diferente y se ponen a hacer planes desde cero, es imposible que se ataje el problema de la vivienda a largo plazo", ha añadido.
La actual situación inflacionista tiene como consecuencia directa "el aumento del coste de la vida y también es una amenaza para el mantenimiento y generación de empleo", según ha explicado Iriarte.
Iriarte ha constatado también la afección de las crisis, tanto sanitaria como económica, a nivel psicológico. "Una vez más las personas más vulnerables de nuestra sociedad están pagando la mayor parte de las consecuencias", ha dicho. "En este contexto se hacen necesarias herramientas y estrategias urgentes para afrontar los problemas de salud mental", ha añadido.
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