La viuda de Francisco Casanova: “Esto no se puede perdonar nunca”

Rosalía Sainz recuerda el atentado de ETA que acabó con la vida de su marido y reclama memoria para las víctimas
Rosalía Sainz-Aja viuda de Francisco Casanova
photo_camera Rosalía Sainz-Aja viuda de Francisco Casanova

El 9 de agosto de 2000, el militar navarro Francisco Casanova fue asesinado por ETA en el garaje de su casa en Berriozar. Tenía 45 años y dejaba viuda y dos hijos pequeños.

Veinticinco años después, tanto en Berriozar como en Castejón, localidad donde se crió, volvieron a rendirle homenaje con una misa, una ofrenda floral y un festival jotero, actos que cada año recuerdan su figura y rechazan el terrorismo.

Un día marcado para siempre

En una entrevista concedida a Serafín Ramírez para Radio Tudela 96.0FM, su viuda, Rosalía Sainz-Aja, recordó con detalle aquella jornada, "han pasado 25 años pero lo tenemos siempre muy presente".

Explicó como su marido al llegar a casa pasadas las 15 horas, estacionó el coche en el garaje y, en ese momento, dos miembros de ETA le dispararon. "Yo estaba tan tranquila en casa, oí unos ruidos, salí y vi lo que había pasado". Fue algo muy trágico”, relató.

En el momento del atentado, sus hijos tenían 13 y 6 años. “Intentamos decírselo de la forma menos dolorosa posible”, señaló, subrayando que ellos fueron su principal fuerza para seguir adelante.

Del dolor a la vida en Tudela

Tras el asesinato, Rosalía decidió trasladarse a Tudela, donde residía parte de su familia, para empezar una nueva etapa. En Berriozar solo tenía a su marido y a sus hijos, y que el cambio fue necesario para continuar con su vida.

En el recuerdo, además de la tragedia, permanece la afición de Casanova por la jota navarra. Formó parte del grupo “Ecos de Navarra” y actuó en festivales como el de Caparroso. Esa pasión se ha transmitido a su hija Laura, que también ha cantado jotas desde pequeña.

Justicia y memoria

Rosalía recuerda con cierto alivio que los autores, Alberto Biedma y Mikel Ayensa, fueron detenidos y condenados. “Fue una mínima satisfacción, porque hay muchos atentados sin resolver”, señaló. Sin embargo, afirma que no puede perdonar: “Esto no se puede perdonar nunca. Mataron a una persona que no había hecho nada para merecerlo”.

También lamentó que quienes en su día apoyaban a ETA hoy ocupen puestos en las instituciones, y que se intente “pasar página” sin reconocer el daño causado.

Placas y reconocimientos

En Berriozar, una placa colocada por el colectivo Vecinos de Paz recuerda a Francisco Casanova en la calle donde vivía. Además, la escuela de música de la localidad llevó su nombre, aunque en los últimos años ha habido controversias en torno a esta denominación.

En Castejón, el parque municipal lleva el nombre de Francisco Casanova presidido por un monumento con su foto y el recuerdo de su figura.

“El recuerdo de mi marido siempre está presente y nunca se va a olvidar”, subrayó Rosalía.

En ambas localidades se han vuelto a celebrar sendos homenajes en memoria de Casanova. Este año, en el 25º aniversario, la cita volvió a reunir a familiares, vecinos y representantes institucionales, reafirmando el compromiso con la memoria de las víctimas del terrorismo.

Veinticinco años después, el nombre de Francisco Casanova sigue siendo sinónimo de dignidad, memoria y justicia en Navarra.

Podcat de la entrevista a Rosalía Sainz-Aja