José, miembro del grupo de Alcohólicos Anónimos de Cortes, y María Jesús, integrante del grupo de ayuda a familiares, visitaron esta semana los estudios de Radio Tudela para explicar sus respectivas experiencias.
José ha relatado que se refugió en el alcohol tras caer en una depresión profunda y María Jesús ha apuntado que veía que su marido estaba enfermo, pero este no acudió a pedir ayuda hasta que no vio un anuncio. “Decía unas cosas y luego hacía otras”, ha recordado María Jesús.
“Quería dejar el alcohol, pero no podía y fue un Alcohólico Anónimo quien me dijo que él había salido y que si quería, podía hacerlo”, ha reconocido el protagonista.
Pensando en la Navidad, que está a la vuelta de la esquina, una época en la que se producen más recaídas debido al incremento de los consumos de alcohol, tanto José como María Jesús han querido trasladar un mensaje de esperanza.
“Hay una esperanza para la familia y para el alcohólico. A este último le cuesta mucho darse cuenta de que está enfermo, pero la familia lo sabe desde el principio y puede adelantarse acudiendo a los grupos de ayuda desde el primer momento. Entonces, le puedes explicar: ‘a mí me están ayudando a entender tu enfermedad, pero tú necesitas de otras personas que han pasado por lo mismo para que te ayuden a salir de ese infierno’, ha indicado María Jesús.
Por su parte, José ha añadido que esta enfermedad “es de la negación, la vergüenza y el orgullo. Mata más el orgullo que el alcohol”. “Hemos venido a la radio a transmitir que se puede vivir feliz sin alcohol; hay una nueva vida, todo cambia de manera radical”.
José ha contado una anécdota que le pasó después de unas navidades cuando llevaba ya dos años sin beber. “Recogimos todos los adornos de Navidad y nos dejamos uno ahí sin darnos cuenta. Después de unos meses, le dije a mi hijo que nos habíamos dejado de recoger un adorno de Navidad y su respuesta fue: ‘Papá, en esta casa, desde que dejaste de beber, todos los días es Navidad’”.
