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Santa Ana, el pequeño club de Tudela que forma Maestros FIDE

El club que preside Pepe Sáez ha conseguido alumbrar en los últimos años a cuatro Maestros FIDE: Íñigo Ortín, Ainhoa Ortín, Daniel Roldán y Alejandro Fuentes
III edición del Concurso de Ajedrez JAQUEtoMATE2
photo_camera Un momento del concurso de ajedrez JAQUEtoMATE celebrado en la Plaza Nueva de Tudela. Foto: Ángel Álvaro

El Club Ajedrez Santa Ana Siglo XXI de Tudela es, en apariencia, un club modesto: apenas una treintena de socios, reuniones en el Centro Cívico Lestonnac y un puñado de torneos sociales a lo largo del año. Sin embargo, de este pequeño rincón ajedrecístico han salido ya cuatro Maestros FIDE, un logro que lo sitúa en el mapa del ajedrez navarro y estatal.

“Hace escasos días, Alejandro Fuentes Guinot consiguió la norma de Maestro FIDE (la tercera más importante del ajedrez, solo superado por el de Maestro Internacional y Gran Maestro). Con él ya son cuatro los titulados que han salido de esta escuela: Íñigo Ortín, Ainhoa Ortín, Daniel Roldán y ahora Alejandro”, cuenta orgulloso Pepe Sáez, presidente del club.“Que una escuela tan pequeña haya conseguido a lo largo de estos años formar a cuatro maestros es un gran motivo de orgullo”, añade.

Un torneo con sabor a Tudela

La última cita del club fue la tercera edición del concurso JAQUEtoMATE, celebrada el pasado 31 de agosto en la Plaza Nueva de Tudela, en colaboración con la Cofradía del Tomate Feo.

“Cada año vemos que este torneo al aire libre en la Plaza Nueva gusta más a la gente. Vamos poco a poco, pero la participación crece edición tras edición”, señala Sáez. En esta ocasión se inscribieron 72 ajedrecistas, aunque finalmente compitieron unos 66. “Es una fecha complicada por coincidir con el inicio del curso escolar y después de haberse celebrado muchos torneos de verano, pero poco a poco vamos sumando adeptos”, apunta.

La Plaza Nueva, un lugar emblemático de la ciudad, se convirtió por un día en el punto de encuentro de los aficionados al ajedrez. “Este año el tiempo nos acompañó, no como otros en los que cayó un diluvio. Se pudo visibilizar muy bien el torneo y la gente disfrutó mucho acercándose a ver las partidas”, señala el presidente.

El corazón de un niño frente al tablero

El ajedrez en Tudela no se mide solo en títulos. Para Pepe Sáez, la verdadera esencia está en los más pequeños. Cada temporada, más de un centenar de niños, en su mayoría de Tudela, aprenden en las aulas del club, que además lleva talleres a distintas localidades de la Ribera que así lo solicitan.

“La primera vez que un niño juega un torneo… y el corazón late como un reloj de ajedrez”, asegura Sáez. Y lo describe con emoción: “Hay algo mágico cuando un niño se sienta por primera vez frente a un tablero en un torneo. No importa si todavía confunde al alfil con la torre. Lo que siente es único: miedo, emoción, frustración… pero al final siempre sale con una sonrisa y una historia que contar”.

Clases y formación en la Ribera

Las clases del club comienzan cada mes de octubre en el Centro Cívico Lestonnac, con grupos adaptados por edad y nivel. “Desde los 6 o 7 años, que es la edad idónea para empezar, hasta jóvenes de 18 o 19”, explica Sáez. Además, el club colabora con Albea (Asociación de Jubilados y Pensionistas de Tudela) para impartir cursos dirigidos a adultos y jubilados.

Los interesados en iniciarse en el ajedrez pueden ponerse en contacto a través del teléfono 651 612 518, vía WhatsApp, Facebook o acercándose al Lestonnac (calle Camino San Marcial, 27) a partir de mediados de septiembre.

Veinte años de pasión ajedrecística

El Club Ajedrez Santa Ana Siglo XXI lleva más de dos décadas trabajando para fomentar el ajedrez en Tudela y la Ribera. A lo largo del año organiza varias citas: el memorial Padre Knörr, el torneo social de Navidad y el propio JAQUEtoMATE, entre otros.

La popularidad creciente del ajedrez, alimentada en parte por series como Gambito de Dama, también ha llegado a Tudela, aunque con matices. “Nuestra verdadera batalla es con otros deportes como el fútbol, baloncesto o balonmano... que se llevan la palma. Más que las modas, lo que engancha a los chavales es probar la actividad y descubrir que les gusta”, apunta Sáez.

Más que un deporte

El ajedrez en Tudela es más que un pasatiempo: es disciplina, emoción, convivencia y aprendizaje. Como concluye Sáez: “El ajedrez no solo les enseña a mover piezas… les enseña a mover emociones, a perder con dignidad, a ganar con humildad y a soñar con ser campeones algún día”.