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'Tomates de pera', 'Enganchados' y 'Reflejos', los mejores micorrelatos

Rafael Andrés Sola, Gerardo Borja Álava y José María Sanz recibieron un premio de 200 euros
Premiados del 20º Concurso de Microrrelatos Tudela 2022. Foto: Ángel Álvaro
photo_camera Premiados del 20º Concurso de Microrrelatos Tudela 2022. Foto: Ángel Álvaro

La EPEL Tudela Cultura entregó la pasada semana los premios a los ganadores del vigésimo Concurso de Microrrelatos de Tudela.

El microrrelato 'Tomates de pera', de Rafael Andrés Sola, fue el más votado por los lectores tudelanos en Facebook, mientras que el jurado de Traslapuente se decantó por 'Enganchados', de Gerardo Borja Álava, por 'Reflejos', de José María Sanz. Los autores de los tres microrrelatos recibieron un premio de 200 euros.

En la entrega de premios participaron Merche Añón, concejala de Cultura y presidenta de la EPEL Tudela Cultura, Rafael Rodríguez, miembro del Grupo Literario Traslapuente, y Juan Ignacio Latorre Biel, director de área del Campus de la UPNA en Tudela. 

'Tomates de pera'

Eran principios de los 90. En Rectorales iba a sonar Queen. Con el páter Bujedo cantábamos que con número se pone for.

Cerca de mí, se sentaban un chico y una chica, hijos de comerciantes de la ciudad. A veces se mofaban furtivamente de nuestra forma de vestir.

En sus casas, seguro escuchaban palabras como Versace o Hermes. En la nuestra, en la que había dos diosas, era más habitual oír “Jon Dere" o Gramoxone, herbicida de amplio espectro.

A pesar de sus ínfulas de aristócratas, eran en realidad jóvenes, como todos, en busca de su sitio. El chico era un buen tipo. La chica, aunque nunca lo supo, ocupaba demasiadas veces mi pensamiento.

En la fiesta de fin de curso, íbamos a la Manzana. Mordisco de amor prohibido.

El dueño, no sé por qué extraña razón, me recordaba a un actor de cine. Quizás pensábamos que era una especie de taumaturgo que en la hamburguesa (a la que más tarde embadurnaríamos con salsa de tomate) depositaba unas gotas de pócima que nos permitiría más tarde hablar con ella.

Nada de eso ocurrió jamás.

Era junio, los chicos y las chicas llevaban las perneras remangadas.

Nosotros, algunas tardes, las remangábamos para dar de beber a los tomates de pera.

Rafael Andrés Sola

RAFAEL ANDRÉS SOLA de Tudela, autor de "Tomates de pera". Foto: Ángel Álvaro
Rafael Andrés Sola (Tudela), autor de 'Tomates de pera'. Foto: Ángel Álvaro

'Enganchados'

"...y solo camino del éxtasis alcanzareis la condenada salvación".

Efesios 13: 5-7

La fila de bienaventurados llegaba hasta la tumba prometida. Allí, cada individuo depositaba su ofrenda religiosamente sobre el frío mármol: Cincuenta euros del ala. Por una de las grietas, aparecía una mano, recogía el montante, y dejaba en su lugar sendas papelinas.

El día de difuntos, doña Angelita no dio crédito; desde el más allá, su prometido seguía enviándole mensajitos.

Gerardo Borja Álava

GERARDO BORJA FERNÁNDEZ de Cascante, autor de "Enganchados". Foto: Ángel Álvaro
Gerardo Borja Fernández (Cascante), autor de 'Enganchados0. Foto: Ángel Álvaro

'Reflejos'

La luz ámbar de la tarde se reflejaba en el espejo como una llamarada pronta a su declive. Más allá de la ventana de la habitación, más allá de los tejados de la pequeña ciudad de provincias, más allá del frío que encogía las calles, podía adivinarse la inminencia de la noche. Se trataba de un espejo de cuerpo entero, con marco de madera y algunas manchas y grietas que el tiempo había ido depositando con dulzura a través de los años. Por su superficie, entonces lisa y brillante, había pasado el cuerpo de la niña que había dejado de serlo, el oscuro rictus del oficial de artillería, el abrazo lánguido de la madre a la hija embarazada, la mirada asustada de ésta que no podía encontrarse en sus ojos, la delgada silueta de la doncella que a veces se confundía entre las motas de polvo que flotaban tras sacudir los colchones. También pasó el perro flaco y asustado que recorría su imagen sin poder reconocerse, el gato que apenas se movía del sillón que nadie usaba, el estudiante de oposiciones que rezaba delante de su imagen antes de los exámenes, la abuela que dejaba un rastro de luto en el cristal. También el abuelo dejó el humo de sus cigarrillos clandestinos, hasta emborronar la luna del espejo. Ahora, sólo la luz ámbar de la tarde se refleja dentro de la casa, vacía de presencias.

José María Sanz

JOSÉ MARÍA SANZ DE RÁDENA, de Madrid, autor de "Reflejos". Foto: Ángel Álvaro
José María Sanz (Madrid), autor de 'Reflejos'. Foto: Ángel Álvaro