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Ramón Barea: "Los personajes que interpreto no me los preparo, me los encuentro"

El veterano actor bilbaíno ha pasado por la Muestra de Cine Español de Tudela con motivo de la proyección de la película 'La boda de Rosa', de Icíar Bollaín

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photo_camera Ramón Barea, en el patio del Hotel AC Ciudad de Tudela.

El actor Ramón Barea (Bilbao, 71 años) ha participado en la tercera jornada de la Muestra de Cine Español de Tudela con motivo de la proyección de la película La boda de Rosa en la que encarna al padre de la protagonista (Candela Peña), una mujer que quiere empezar una nueva vida cuando está cerca de cumplir 45 años.

El veterano intérprete ha explicado que esta comedia, que esconde debajo una realidad mucho más profunda, ha supuesto el “reencuentro” con Icíar Bollaín, con la que no trabajaba desde que se pusiera a sus órdenes en Los amigos del muerto, el primer cortometraje de la cineasta madrileña. “Fue una propuesta estupenda, ya que tenía ganas de volver a trabajar con Icíar y ella me confesó después que el sentimiento era compartido, puesto que quería tenerme en un papel”, ha asegurado Barea.

La interpretación del padre de Rosa le sirvió al actor para lograr el reconocimiento del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC). “Es un personaje cómico”, ha señalado Barea, que ha añadido que al mismo tiempo “te enternece porque no sabes dónde está la frontera entre la comedia y el drama”.

En la rueda de prensa que ha ofrecido antes del coloquio que ha mantenido con el público tudelano en el Cine Moncayo, el actor ha explicado que los personajes que interpreta en la gran pantalla no se los prepara, “no soy actor de método. No me los preparo, los busco, me los encuentro”.

Pese a la pandemia del covid-19, Barea no ha parado de trabajar. "Nunca he esperado a que me llamen o a que suene el teléfono", ha reconocido, antes de explicar que hace unos diez años promovieron un sala de teatro en un antiguo pabellón industrial en Bilbao y “en junio del año pasado decidimos que íbamos a reanudar con repertorio que teníamos, con pocos personajes, y hemos estado funcionando sin parar”. El actor se siente un “privilegiado” en “este oficio de riesgo” porque las cifras indican que “el 95% de la profesión está por debajo de los ingresos de supervivencia.

Barea debutó en el cine en 1981 en la película La fuga de Segovia, de Imanol Uribe, y en estos 40 años ha participado en casi un centenar de largometrajes y en una veintena de series de televisión. Su próximo papel será en la película Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa. “Estoy ilusionadísimo”, ha confesado.  

En este sentido, el bilbaíno ha reconocido que “nunca he tenido fijaciones o metas”, de hacer este o ese personaje, aunque sí ha apuntado que le gustaría rodar un documental “con temas concretos que tengo en la cabeza”. A este respecto, ha indicado estar obsesionado con llevar uno adelante en el que aparezcan actores veteranos contando qué han ganado o perdido en su vida dedicándose a este oficio, a qué han renunciado, qué han dejado de hacer… Y por otra parte que aparezcan también chicos y chicas de 18 o 19 años que están en una escuela de teatro diciendo qué quien hacer cuándo sean actores o actrices, cuántos hijos piensan tener, dónde piensan vivir y qué esperan que les dé la vida”.

El actor lo ha intentado levantar en varias ocasiones, le hubiera gustado que en él hubieran salido actores emblemáticos como Fernando Fernán Gómez, Vicente Aleixandre o Nuria Espert, entre otros, pero de momento no ha podido llevarlo a buen puerto.

Por último, Barea ha manifestado que al comienzo de la pandemia se asustó con las noticias que iban apareciendo del covid-19. “Fue la primera vez en toda mi vida que tuve la sensación de ser un señor mayor, cuando se hizo esa clasificación y se nos dijo que éramos un grupo de riesgo”, ha declarado.

“De pronto, vimos que la sociedad se deshacía con una facilidad pasmosa de la gente más mayor. Son mayores, están en residencias, se mueren, es normal, como una gripe. Son grupos de riesgo decían y entonces te das cuenta de la edad que tienes y del valor que le da la sociedad a ese grupo de riesgo”, ha concluido.

Raíces navarras

Ramón Barea nació en Bilbao el 13 de julio de 1949, pero tiene raíces navarras y aragonesas. Su padre era de Fitero y su madre de Jaraba. Conoció Jaraba en las vacaciones de su infancia y Fitero buscando los ancestros de los Barea, ha explicado el actor, que se ha animado a revelar algo que no había contado nunca públicamente. “De niño le preguntaba a mi padre, que era músico, en qué parte de Fitero vivía. Me decía que no se acordaba y me lo creía. Cuando te vas haciendo mayor, empiezas a preguntarte cómo puede ser que no se acuerde. ¿Y mis abuelos? ¿Qué pasó con ellos? Al final, en una boda hace 20 años en la que nos juntamos unos cuantos Barea, un familiar me explicó la historia. Me dijo que cómo me iba a contar mi padre nada si salieron por patas porque se jugaron las tierras y la casa al juego de las chapas y perdieron todo. La familia salió pitando, cada uno por un lado y mi padre acabó en Bilbao”.