Dos de los grandes del rock en español, Ariel Rot y Kiko Veneno, se suben juntos este sábado al escenario del Teatro Gaztambide (20:30 horas) para realizar un repaso por los grandes éxitos de sus carreras musicales.
Fruto del encuentro ocurrido en el programa televisivo del mismo nombre que el concierto 'Un país para escucharlo', el 'feeling' entre estos dos experimentados músicos ha hecho posible un mestizaje en el que van alternando a lo largo del concierto los temas clásicos de su discografía. Entre la rumba y el flamenco pop con recientes toques electrónicos de Kiko Veneno y la venerable escuela de rock y blues de Ariel Rot hay muchas más cosas en común de las que parece a simple vista.
Lo que diferencia a ambos artistas es lo mismo que les iguala: la coherencia que han mantenido a lo largo de sus dilatadas trayectorias, así como el interés de relacionarse con otros artistas.
En el concierto del sábado sonarán, por supuesto, versiones de los grandes clásicos de los dos protagonistas ('Me estas atrapando otra vez', 'Echo de menos', 'Dulce condena', 'En un mercedes blanco', 'Volando voy'...), pero también habrá espacio para un invitado sorpresa, que en esta ocasión solo podemos adelantar que apuesta por el sonido flamenco fusionado con otros estilos. Además, también habrá tiempo para compartir con el público anécdotas, historias y relatos sobre las vivencias de los músicos.
Ariel Rot y Kiko Veneno: 'Un país para escucharlo'
Kiko Veneno es un artista lúcido, inmune al desgaste, que siempre se desafía a sí mismo. El de Figueres vive desde hace años una segunda juventud, en la que 'Sombrero Roto' (2019) y 'Hambre' (2021) son posiblemente las propuestas más aventuradas de toda su carrera. Sin renegar de sus tradicionales señas de identidad, pero incorporando pinceladas de electrónica, no es exagerado decir de él que es como nuestro David Byrne particular. Sus espectaculares directos lo confirman.
Ariel Rot necesita pocas presentaciones. Desde los tiempos de Tequila y Los Rodríguez ha sido una presencia contante en nuestro rock. Un sinónimo de fiabilidad. Lleva también décadas demostrándolo con su carrera en solitario, jalonada con discos tan ejemplares como 'Cenizas en el aire' (1999), 'Lo siento Frank' (2003) o 'La manada' (2016) y fructíferas colaboraciones con Pereza, Fito Páez o el propio Andrés Calamaro.
