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Jaione Vicuña: "Cuatro palabras para seguir creyendo"

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photo_camera Jaione Vicuña da instrucciones a sus jugadoras antes de un partido. Foto: Íñigo Toquero

Existe en mi ciudad un grupo de 16 chicas que comparten gran parte del tiempo. Son chicas de 10-11 años, lo que corresponde a 5º y 6º de Educación Primaria, con todo lo que ello conlleva: primeros momentos de preadolescencia, muchos enfados y otras tantas risas, bromas que en muchas ocasiones no hacen gracia, contestaciones y gritos, desobediencias individuales y colectivas, llamadas de atención y alguna acción también a escondidas, mejores amigas que dejan de serlo y aparición de celos que generan, también, las amistades.

Son chicas muy diferentes entre ellas; hay alguna más valiente y con coraje, otras que prefieren pasar desapercibidas, las que son tan perfeccionistas que no se permiten ni un mínimo fallo, la que nunca deja de esforzarse por mejorar, la cariñosa y también la que prefiere evitar el contacto físico. Está la que triunfa con los chicos y también la que nunca deja de hablar de ellos, la que empieza la preadolescencia y a días no se aguanta ni ella, la que jamás deja de sonreír, la que siempre está dispuesta a ayudar y la que prefiere quedarse a un lado si las que lo hacen son las demás.

Y entre todas esas diferencias, hay algo que las une, hay un nexo de unión que las ha convertido en grupo y, les guste o no, tienen que compartir muchos momentos juntas. Puedes verlo incongruente, pero… vivimos en una sociedad individualista que nos obliga a vivir en grupo. Estamos constantemente rodeados/as de valores individualistas a los que familias, docentes (entre otras personas) intentan poner fin, pero los medios de comunicación y redes sociales nutren muy bien a estas generaciones de mensajes que no van más allá del “yo”. Luego, sin embargo, en la vida real, fuera de pantallas y seguidores, les hacen vivirlo todo juntas: la familia, el grupo de clase, las extraescolares, las quedadas con amigos y amigas, excursiones, grupos de trabajo etc. Por lo tanto, hacer vivir en grupo a personas educadas con valores individualistas puede ser una auténtica bomba de relojería.

Sin embargo, la semana pasada se dividió a estas 16 chicas en 4 grupos y se le pidió que, entre las cuatro, definiesen el grupo que forman las 16 con una sola palabra. Las palabras elegidas fueron familia, unión, compañerismo y amistad. Ahora bien, te planteo un reto a ti que estás leyendo esto: siendo una sociedad individualista y habiendo elegido esas 4 palabras que mucho distan del individualismo, ¿Cuál crees que es el nexo de unión entre estas chicas? ¿Qué es lo que les ha hecho convertirse en grupo y sentir suyas esas 4 palabras?

Pues bien, te lo diré: se trata de fútbol. Sí, el fútbol también se trata de esto. Mientras medios de comunicación publican constantemente noticias que tristemente hacen que nos desencantemos con este deporte, más allá de los focos y las cámaras existen grupos como este que definen su equipo de fútbol con las palabras “familia, unión, compañerismo y amistad”.

En una sociedad en la que los actos negativos disponen de más publicidad que los positivos, os invito a aprovechar días y momentos como estos, llenos de buenos actos, de magia y de ilusión, para reivindicar lo sano y lo bonito. Yo, en mi caso, reivindico, que más allá de insultos, ataques e incluso golpes, hemos conseguido que el fútbol también sea familia, unión, compañerismo y amistad. Ojalá sigamos llenando de palabras como esas todos los ámbitos de la vida.

Felices Fiestas.

Jaione Vicuña Cordón

Entrenador del Benjamín femenino del CD Lourdes