Tudela celebró este domingo en la plaza de los Fueros el Día Internacional de las Personas Migrantes.
Cabe recordar que, según la ONU, a finales de 2021, más de 59 millones de personas fueron desplazadas de sus hogares por diversas razones: conflictos, inseguridad y efectos de cambio climático. Estas migraciones no siempre se realizan de forma segura y ordenada. Más bien al contrario, millones de personas siguen emprendiendo rutas peligrosas año tras año.
Por ello, el lema para 2023 en el Día Internacional del Migrante es: 'Por el bien de todos, gestión humana y ordenada de la migración'.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reafirma su compromiso de promover una gestión humana y ordenada de las migraciones en beneficio de todos, de las comunidades de origen, de destino y de tránsito.
Y ayer en la capital ribera, se celebró el Día Internacional de las Personas Migrantes con artesanía, folclore y exhibición de trajes regionales de otras culturas.
La Asociación Mi Bello Ecuador, el Centro Ucraniano de Tudela, la Comunidad Islámica Tolerancia de Marruecos, la Agrupación Salay Pasión Bolivia, la Asociación Cultural de Danzas 100% Bolivia, Nuevo Encuentro de Bolivia, la Escuela Búlgara de Tudela, la Asociación Orfey B.G. y el grupo folclórico de Bailes tradicionales Balgacheta participaron en esta jornada.
Desde la Asociación Mi Bello Ecuador, que lleva 25 años en Tudela, señalaron que en su país es posible encontrar regiones ricas en cultura, música, gastronomía y vestimentas.
Cada una de estas regiones sobresale por su vestimenta llamativa, cabe destacar dos: Cayambe y Quito. Una de las principales festividades que se celebran en Cayambe son las fiestas de San Pedro, reconocido como patrimonio intangible. La Danza Cayambeña es considerada como un ritual que realizan los descendientes vivos a sus difuntos ancestros. Este tipo de danza se realiza con una vestimenta muy singular.
Las mujeres visten con dos faldas muy coloridas, una más larga que otra, una faja llamativa para la cintura, una blusa decorada con bordados propios de su cultura, chalinas coloridas, sombrero de paño cubierto por un colorido pañuelo o un sombrero pailón blanco fabricado con lana de oveja, aretes, collares y manillas de color dorado, y alpargatas de color rojo.
Por otro lado, los hombres visten con zamarros, ponchos gruesos, camisas bordadas, sombreros que pueden ser de color negro o marrón o adornados con coloridas cintas.
La otra vestimenta corresponde al pasacalle, que tiene similitud con el pasodoble español. Al llegar a Ecuador toma su forma y estructura popular, convirtiéndose en danza mestiza.
Las mujeres se visten con un traje de época de dos piezas. En cuanto a la blusa se puede decir que son de colores vivos y decoradas con encajes. La falda tiene vuelos amplios y largos, los accesorios de este traje son un pañuelo colorido y pendientes largos y vistosos. Respecto al calzado, son de tacón fino.
Por otra parte, el hombre utiliza una camisa blanca junto con un chaleco, un pantalón oscuro y zapatos elegantes. Como complementos viste un sombrero, pajarita, una flor al costado izquierdo cerca del pecho.
También participó en esta jornada el Centro Ucraniano de Tudela que presentó su vestimenta tradicional, para toda la familia, niños, mujeres y hombres.
Así, los tudelanos que se acercaron a la plaza de los Fueros pudieron ver las vishyvancas, sharovars, falda tradicional, bolso de mujer, gorro cosaco. Hay muchas leyendas sobre el origen de estas ropas tradicionales.
En Tudela mostraron solo una pequeña parte de su origen y cultura. Hablaron de la vestimenta masculina: ropas de un cosaco ucraniano. El cosaco lleva pantalones rojos -charavars, camisa bordada –vyshyvanca-, el abrigo rojo-caftan-, y claro.... jupân -el gorro cosaco-.
Los cosacos siempre tenían dos trajes, uno para diario, y un segundo para días especiales, estaban confeccionados con telas caras, pieles de animales, y decoración en oro…
El colectivo Nuevo Encuentro de Bolivia presentó El Tinku, un ritual y una danza folklórica de Bolivia que se realiza en el norte del Departamento de Potosí. El significado de la palabra, originaria del idioma quechua, es "encuentro"; en aymara significa "ataque físico". Es necesario mencionar que no debe confundirse la Danza del Tinku, cuya creación es del siglo XX con el Ritual ceremonial del Tinku, que es de origen preinca.
El vestido es de bayeta o ‘Aqsu’, con mangas anchas y abertura en la parte posterior al cuello. El ‘Awayo’, tradicionalmente utilizado para transportar productos sobre la espalda, envolver y cargar al bebe o ‘wawa’. Tullmas, adornos que utilizan para entrelazar las largas trenzas a manera de no atravesarse mientras realizan las labores del día.
La Almilla, es un vestido largo con el borde adornado de atractivos bordados, una manga corta hasta el antebrazo que deja ver la camisa. Se elabora tradicionalmente de bayeta negra. El Rebozo, que viene a ser una manta con bordados coloridos y brillantes que se caracterizan por tener la forma de flores. El sombrero, que está fabricado de lana de oveja.
En la tradición las mujeres solteras adornan los sombreros con plumas blancas y rosadas acompañadas de espejos pequeños. Las Abarcas rústicas, ojotas o sandalias que utilizan en los pies tanto las mujeres como los hombres.
La Asociación Orfey B.G. presentó los trajes folclóricos de Bulgaria.
Durante siglos, estos trajes han sido la vestimenta tradicional de los búlgaros. Los búlgaros han puesto en ellos gran parte de sus creencias y tradiciones.
En el pasado, los búlgaros creían que el traje era una fuente de fuerzas poderosas y conectaba al hombre con la naturaleza. La ropa estaba destinada a proteger no sólo el cuerpo del frío, sino también el alma de los malos espíritus y la mala suerte. Según las antiguas costumbres, el mal (enfermedades, maldiciones y todas las fuerzas malignas) podía afectar a una persona donde la ropa no la protegiera.
El traje nacional búlgaro es masculino y femenino, festivo y cotidiano.
En Bulgaria hay siete regiones etnográficas distintas. Cada región tiene su propio traje con motivos característicos que no se repiten en ningún otro lugar. Cada prenda y cada detalle del traje tienen una finalidad y un simbolismo específicos.
En los adornos del traje búlgaro se entreteje un cierto código, mediante el cual en el pasado los búlgaros solían leer información - de qué parte del país y de qué familia es el propietario. La prenda llevaba su mensaje, mostraba el estatus social, el sexo y la edad del mismo.
La mujer búlgara confeccionaba ella misma los trajes. A partir de los cinco años, la niña empezaba a aprender a hilar, coser y tejer, y más tarde aprendía a bordar, que era la habilidad más elevada entre los oficios domésticos.
Hay un gran simbolismo en el bordado de los trajes. Los bordados búlgaros son siempre rítmicos: en las faldas, los bordes de las mangas, cerrados en círculo, lo que simboliza el círculo de la vida y los ciclos por los que debe pasar la vida de una persona sin saltárselos y sin desviarse. La gente creía que si se cortaba un trozo del bordado de la prenda, se liberaba el camino del mal y uno se volvía vulnerable.
Muchas de las leyendas cuentan que coser y bordar la prenda se hacía sólo en determinados días del año y se creía que así el propietario gozaría de fuerza y prosperidad.
Los colores de la ropa popular tampoco son casuales. Cada color está asociado a algún fenómeno, poder u objeto.
Los colores principales son el rojo, el verde, el amarillo y el blanco. El rojo simboliza la sangre y la fertilidad. El color verde es expresión de la vida renovada y la fuerza. El amarillo se asocia con el sol, el fuego y la luz. El blanco es la expresión de la pureza y la inocencia.
Los investigadores afirman que los bordados búlgaros representan signos y símbolos en los que se codifican mensajes y en los que la mujer búlgara ha volcado su amor por el hogar y la naturaleza.
Estos dibujos antiguos se cosían para la salud, el amor, la fertilidad, la prosperidad. Simbolizaban la armonía en el mundo, protegían, curaban y ocultaban secretos. Se transmitían de madre a hija y así se conservaban durante miles de años.
La ropa tradicional de los búlgaros no es sólo ropa. Es un tesoro legado a generaciones, parte del patrimonio cultural búlgaro, que cuenta historias sobre el estilo de vida y el espíritu de los antepasados búlgaros.
