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Los rebaños abandonan Bardenas en busca de los pastos de los valles pirenaicos

Unas 16.000 cabezas de ganado se dirigirán a los Valles de Salazar y Roncal donde permanecerán los meses de verano

Trashumancia Bardenas
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Óscar Prada, dinamizador de la Reserva de la Biosfera de Bardenas Reales, ha recordado en los micrófonos de Radio Tudela la importancia de la trashumancia para Navarra y en concreto para un territorio como las Bardenas Reales.

“La trashumancia es una práctica ancestral que forma parte de la identidad de este territorio y de otros territorios de la península ibérica que, básicamente, consiste en buscar la eterna primavera”, ha explicado.

Óscar Prada dinamizador Bardenas Reales
Óscar Prada dinamizador Bardenas Reales

Eso es lo que buscan los ganaderos salacencos y roncaleses con sus rebaños. Cuando llegan los primeros fríos a la montaña, bajan a territorio bardenero para aprovechar los pastos de esta zona, y cuando empieza a apretar el calor emprenden el camino contrario.

Este año, el primer en poner rumbo a los valles pirenaicos ha sido José Antonio Ballent, que el pasado 20 de mayo inició la trashumancia para llegar al Valle de Salazar. El siguiente en salir ha sido Andoni Mikeleiz, que, ayer con 1.500 ovejas, emprendió el camino de vuelta al Pirineo para pasar allí los meses de verano.

Prada ha señalado que “en 2021, 16 pastores con 13 rebaños, en total 16.000 ovejas, completaron la trashumancia. Diez titulares y ocho rebaños fueron al Valle del Roncal y seis titulares y cinco rebaños al Valle de Salazar. En 2022 se van a mantener estas cifras y puede que se incrementen ligeramente”.

La Comunidad de Bardenas, ha apuntado Prada, hace tiempo que se comprometió a trabajar por “reconocer la trascendencia que tiene la trashumancia desde el punto de vista ambiental, cultural e identitario”.

Durante la entrevista que ha mantenido con Paul Carcavilla, el dinamizador de la Reserva de la Biosfera de las Bardenas Reales, ha querido aclarar un término que está llevando a confusión y que él mismo ha denominado como “pago por servicios ecosistémicos”.

“Las cañadas bardeneras son las más largas y antiguas de la región y existe un compromiso por parte del Gobierno foral de aportar una cuantía económica, que en el máximo de los casos llega a 5.000 euros, a aquellos pastores que lleven su ganado por las cañadas. La ayuda a la trashumancia, como la llaman algunos, debería denominarse pago por servicios ecosistémicos o pago por servicios ambientales. Más allá de la nomenclatura, que por supuesto es importante, lo relevante es que a los ganaderos que siguen realizando la trashumancia, la sociedad les reconoce lo que están aportando, que es mucho. De alguna forma, se les compensa, se les paga por estos servicios”, ha concluido Prada.