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Gurelur presenta alegaciones al proyecto de la segunda fase del Canal de Navarra

Su construcción, según señalan, "ocasionaría gravísimas e irreversibles afecciones ambientales"
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photo_camera Obras en el Canal de Navarra.

Del estudio del proyecto realizado por técnicos de Gurelur se desprende que la construcción de la segunda fase del Canal, tal como está prevista, ocasionaría gravísimas e irreversibles afecciones ambientales, afectando principalmente a las aves esteparias, que tienen en las zonas que se pretenden alterar o destruir los últimos reductos en Navarra.

El estudio de impacto ambiental presentado "es del todo punto de vista deficiente ya que no se ha tramitado ni el proyecto completo para conseguir los objetivos deseados tras la ejecución de la segunda fase del Canal de Navarra, ni su correspondiente estudio de impacto ambiental", han señalado desde Gurelur.

El proyecto plantea una superficie máxima de riego de 20.214 hectáreas, incluyendo, además de la mejora de regadío intensivo en zonas donde este ya existe, varias transformaciones de secano a regadío, así como de regadío eventual a regadío intensivo. Estas modificaciones, según la documentación, afectarán a unas 4.000 ha afectando a los términos municipales de Mélida, Carcastillo, Bardenas Reales, Corella, Cintruénigo y Cascante.

Las transformaciones a regadío que se plantean en el proyecto vienen acompañadas por concentraciones parcelarias, nivelaciones de terreno y eliminación de ribazos, instalación de redes de suministro, creación y/o ampliación de caminos, así como la implantación de otras infraestructuras necesarias para su correcto funcionamiento, alterando y degradando el medio ambiente de forma irreparable e irreversible.

Uno de los grupos de fauna más afectados por este tipo de actuaciones son las aves esteparias, con varias especies amenazadas, cuya situación en nuestra comunidad es
crítica. El proyecto pretende transformar a regadío una gran superficie incluida en Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves Esteparias de Navarra, así como terrenos incluidos en Bardenas Reales de Navarra declarados Parque Natural, Zona de Especial Conservación y Reserva de la Biosfera.

Otro peligro que conllevaría afecciones insostenibles a la fauna que sobrevive en estas frágiles zonas, es la instalación en ellas de los mortíferos tendidos eléctricos. El peligro que supone la instalación de tendidos eléctricos para la avifauna no se elimina con la aplicación de medidas correctoras como la colocación de salva pájaros o el aislamiento de los apoyos ya que, a pesar de la implantación de estas medidas, un elevado número de aves y murciélagos mueren o se hieren, a lo largo del año en este tipo de instalaciones. "Estas agresiones ambientales son motivo más que suficiente para exigir a la clase política navarra que se sotierren todas líneas eléctricas previstas en este impactante proyecto", han asegurado desde Gurelur.

A día de hoy, para evitar nuestra desaparición como especie, es tan importante apoyar a la agricultura como a la conservación de los últimos reductos de naturaleza que se han salvado de la avaricia humana.