Tras el fallecimiento de Jaime Vázquez Ochoa, el pasado 16 de enero, Ángel Aznar, secretario de la Junta Central de Usuarios del Río Queiles y el Embalse de Val, y mano derecha de Jaime hasta el último día, ha querido compartir con los lectores de TudelaHoy unas palabras de despedida dedicadas a ‘su amigo’ que resumen su trayectoria y definen su personalidad ‘decidida y bonachona’, a modo de sencillo homenaje.
DESPEDIDA A JAIME VÁZQUEZ
Hace ya casi 30 años que comenzamos una apasionante aventura en la Cuenca del Queiles con la construcción del Embalse del Val.
Con el inicio de esta andadura tuve la suerte de conocer a Jaime, un joven mozo de Novallas, impetuoso, pero con ganas de trabajar por mejorar la calidad de los regantes en la cuenca.
Comenzamos con la redacción de las ordenanzas en una pequeña comisión y posteriormente con la constitución de la Junta Central.
Con el paso de los años, Jaime se convertiría en presidente de la Comunidad de Regantes de Novallas y hace unos 8 años, en presidente de la Junta Central.
Si ya de por sí, la relación era muy cordial, al acceder a la presidencia, ésta se fraguó todavía más llegando a convertirse en amistad.
Al principio, yo le manifesté: “Jaime vamos a tener un problema entre nosotros, y es que a los dos nos gusta mucho hablar” y el sonriéndose me dijo: “tranquilo que iremos a relevo”.
Comenzaste una aventura como presidente llena de inquietudes y proyectos: realizar jornadas de agua y agricultura en toda la cuenca para concienciar a los regantes de la importancia que ambas tienen en la sociedad, lograste redactar una memoria de cómo deben ser los regadíos en la cuenca, etc.
Nos 'pateamos' despachos en Zaragoza, Pamplona y Madrid y en todos insistías en la necesidad de desarrollar la cuenca hablando de su microclima, de la calidad de sus productos.
En fin, eras un enamorado del agua y la agricultura.
Esta relación nos permitió, en aquellos viajes, ir conociéndonos mejor y fuiste capaz de transmitirme tu pasión por el balonmano, tu inquietud por construir una granja, ya que me decías “solo con la agricultura es muy difícil vivir y si se comparte agricultura con ganadería se pueden conseguir unos mejores rendimientos”.
Hiciste tu granja porcina y aquello no fue un camino de rosas sino de espinas y ¡qué espinas!…
Al final, saliste adelante y llegó la maldita enfermedad.
A pesar de ello, no desfalleciste y le plantaste cara, no dejaste de estar activo, asistiendo a las reuniones, gestiones, etc.
Hace unos días, ya muy mermado, aún eras capaz, cuando estábamos juntos, de plantearme cosas que teníamos pendientes: reuniones para analizar la calidad de las aguas en la cuenca, la situación del embalse, etc. etc.
En fin, la enfermedad ha podido contigo, pero hoy, tus familiares y amigos no quieren despedirte sino darte las gracias y decirte hasta pronto.
Somos conscientes de que, como bien me decías, “los aragoneses somos tozudos pero bonachones”, así que ya estarás en el cielo haciendo gestiones; pongo el orden de las primeras:
1.- Decirle a San Tipol que llueva, que tenemos el embalse vacío y se presenta mal año.
2.- A San Antón lo visitarás para pedirle que cuide de tus 'animalicos'.
3.- Y cómo no, a tu querida Virgen del Pilar. ¡Cuántos raticos hemos pasado juntos ante su imagen en Zaragoza! después de alguna reunión dándole gracias, y siempre me decías: “esto es lo mejor de Aragón”.
Gracias Jaime por todo, si algún día llega a buen puerto tu proyecto de modernización y mejora de regadíos del Queiles propongo que este proyecto lleve tu nombre porque tú lo has parido, en nombre de todos te digo: “contamos contigo”.
Ángel Aznar
