El 75% de los navarros está satisfecho con su conexión a internet, según una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. Frente a ellos, hay un 17% que no está satisfecho y un 8% que no tiene conexión, proporción que sube al 26% en los mayores de 65 años. La satisfacción es mayor entre los vecinos de la capital y de las localidades de más de cinco mil habitantes -77%- que entre los que viven en pueblos más pequeños -70%-.
Las personas a las que les llega internet a su casa a través de ADSL se muestran más descontentos con su conexión -29%- que los que tienen un cableado de fibra óptica -14%-.
Este trabajo indica también que la fibra óptica es ya mayoritaria entre los hogares navarros con internet -59%, frente al ADSL -17%-, si bien hay un 11% que ignora qué tipo de conexión tiene, un desconocimiento que aumenta cuanto mayor es la edad del encuestado.
En cualquier caso, Irache aconseja comparar prestaciones y precios antes de decidir la compañía y el tipo de conexión que se va a contratar.
La fibra óptica crece, el ADSL baja
La tecnología ADSL y la fibra óptica son las dos principales maneras de acceder a la llamada banda ancha de internet por cable. La fibra óptica va creciendo en presencia en las casas frente al ADSL, que va perdiendo protagonismo.
El ADSL lleva más tiempo funcionando, su despliegue fue más rápido y sencillo ya que se valía del cableado telefónico ya existente. Por el contrario, la fibra óptica aunque ya llega a buena parte del territorio, supone un trabajo mayor ya que hay que instalar el cableado y requiere una infraestructura nueva.
ADSL, sin tanta velocidad y con más interrupciones
El ADSL, que se transmite por pulsos eléctricos, no ofrece tanta velocidad como la fibra, la conexión tiene más probabilidades de sufrir interrupciones o interferencias, con la consiguiente pérdida de información o de calidad en los servicios, y la velocidad efectiva del servicio es en muchas ocasiones menor a la que se ofrece en el contrato.
La fibra óptica, más rápida y más segura
La fibra óptica, que se transmite por pulsos de luz, puede ofrecer una velocidad mayor y la probabilidad de sufrir interrupciones es más baja porque la conexión es más segura. Además, la velocidad efectiva del servicio, al menos la de bajada, en principio debería cumplirse de forma más precisa. Si, además, es una fibra óptica simétrica, también debería ser la misma velocidad la de subida de datos.
Eso sí, hay que tener en cuenta que en algunas conexiones la fibra óptica va hasta la misma vivienda pero en otros casos solo llega hasta el edificio, hasta el armario de conexiones o hasta el nodo de distribución, y a partir de ahí el cableado es coaxial.
Otro factor que puede afectar es el router instalado. Si no tiene la calidad suficiente, puede que la conexión en casa de otros aparatos que se conecten a través del wifi pierda velocidad y consistencia.
La instalación puede suponer un tiempo de permanencia
A la hora de contratar es importante tener en cuenta el tipo de conexión a la hora de solicitar el servicio de internet para casa. Como se ha indicado, la fibra óptica ofrece, a priori, mejores prestaciones en cuanto a velocidad y calidad de la conexión, que el ADSL. Eso sí, puede que haya que instalar el cableado y aunque esta instalación suele estar incluida en la oferta comercial y no suele costar nada en el momento, sí suelen cargar importes que rondan los 150 euros si el consumidor se da de baja en menos de un año, por ejemplo.
Pensar qué uso se le va a hacer a internet y calcular la velocidad que se necesita
En cualquier caso, lo más importante es que el consumidor valore qué tipo de servicio necesita, si solo va a mirar páginas web o el correo electrónico, si va a hacer video llamadas o si va a subir con frecuencia archivos, fotos o vídeos. También conviene tenerse en cuenta los dispositivos (móviles, tabletas, ordenadores portátiles…) que previsiblemente pueden conectarse a la vez a la wifi de casa. Estos datos podrán determinar la velocidad que necesito en mi conexión.
Solicitar las condiciones por escrito
A partir de ahí, es conveniente pedir las condiciones del servicio por escrito, para poder estudiarlas con detenimiento y tener claro qué velocidad voy a tener, el precio que voy a pagar, si hay permanencia o cualquier otra condición. Asimismo, es importante conservar el contrato para poder reclamar en caso de cualquier incumplimiento.
