Pese a la adversa meteorología, la plaza de los Fueros de Tudela se ha vuelto a llenar de público para presenciar la quema del Volatín, un acto que representa la traición de Judas y su posterior castigo. Este año, el muñeco que representaba a Judas iba vestido con dos caras: una que simbolizaba el mundo real, lleno de guerras y hambre, y otra que representaba el mundo ideal, un mundo en paz y sin sufrimiento.
Lectura del pregón por parte del Grupo Municipal de Danzas de Tudela
El pregón de este año ha corrido a cargo del Grupo Municipal de Danzas de Tudela, que celebra su 60º aniversario. En su pregón, Edurne Jiménez Marín, en representación del grupo, ha reivindicado la importancia de la danzas tradicionales como forma de preservar la cultura y las tradiciones de Tudela.
"¿Quién no ha bailado alguna vez?", ha preguntado retóricamente Edurne Jiménez, recordando los diversos estilos que han marcado épocas pasadas y presentes. Sin embargo, ha subrayado la importancia de las danzas populares, arraigadas en siglos de tradición y que aún perduran en el corazón de la comunidad.
Asimismo, ha hecho hincapié en el papel fundamental del Grupo Municipal de Danzas de Tudela durante estas seis décadas, preservando y difundiendo las danzas ancestrales que han sido parte integral de la identidad local. Ha rememorado con cariño los primeros días de ensayo en la histórica Casa del Reloj en la plaza de los Fueros, donde resonaban los sonidos de los cascabeles al compás de la música.
El pregón también ha tenido momentos de emoción, al mencionar la tradición del Volatín, un ritual único para los tudelanos. Además, ha destacado la celebración de la Bajada del Ángel, que tendrá lugar mañana domingo, un evento que conmueve profundamente a la ciudad año tras año.
Para concluir, Edurne Jiménez ha expresado su sincero agradecimiento al Ayuntamiento por brindarles la oportunidad de leer el pregón, considerándolo un "honor" y un "reconocimiento" al arduo trabajo de todos los integrantes del Grupo Municipal de Danzas de Tudela a lo largo de estas seis décadas.
Un Volatín con dos caras
Ana Gil, modista del Volatín desde el año 2012, ha explicado por qué habían vestido al Judas con dos caras. Había un dilema sobre cómo vestirlo, ya que siempre intentamos respetar las sensibilidades de todos los espectadores. "No queríamos herir a nadie", ha explicado Ana. Fue entonces cuando Mateo, un niño presente en la discusión, sugirió una solución ingeniosa: vestir al Volatín como representación del mundo real y el mundo ideal, reflejando así la dualidad que enfrentamos constantemente.
A pesar de su formación en arquitectura técnica, Ana Gil ha abrazado con entusiasmo su papel como modista del Volatín, reconociéndolo como un honor personal. "Para mí es un orgullo", ha afirmado. Su dedicación a esta tradición va más allá de las habilidades de costura; es una conexión arraigada con su ciudad natal.
En cuanto al evento en sí, Ana Gil ha expresado que "lo importante no es si el puro-petardo se quema o no, sino el impacto que tiene en la plaza de los Fueros y cómo los niños disfrutan de la experiencia". Es un momento de alegría y celebración que trasciende cualquier aspecto técnico.
Entrega del Cabezudo Tudelano
Tras la quema del Judas en la plaza de los Fueros, la Orden del Volatín ha llevado a cabo en el salón de plenos del Ayuntamiento de Tudela el bautizo y entrega del Cabezudo Tudelano a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Castejón.
El presidente de la Orden del Volatín, Emilio Garrido, ha señalado que la entrega del Cabezudo Tudelano "es un acto muy entrañable. Cada año regalamos un cabezudo a una comparsa de gigantes que nos acompaña en la Gigantada de Fiestas de Santa Ana y este año le ha tocado a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Castejón".
Además, ha añadido, "regalamos también una medalla al Ángel como recuerdo y acompañamos a los pregoneros del Volatín en el Ayuntamiento de Tudela".
Suspensión de la procesión del Viernes Santo
La única nota negativa de la Semana Santa tudelana fue la suspensión de la procesión del Viernes Santo debido a las condiciones meteorológicas. La decisión fue tomada por los propios congregantes, con el apoyo del Ayuntamiento, por motivos de seguridad.
"Fue una pena la suspensión", ha declarado el alcalde de Tudela, Alejandro Toquero. "Apoyamos la determinación de los propios congregantes y consideramos que suspender la procesión fue una medida responsable y necesaria. No solo aquí, sino en muchas otras localidades se tomó la misma determinación por las mismas razones. Una pena, habrá que esperar al próximo año", ha concluido.
