En una mañana de domingo de Resurrección en Tudela, la Plaza de los Fueros ha vuelto a ser testigo de una de las tradiciones más arraigadas en la ciudad: la Bajada del Ángel. Aunque el cielo amenazaba con lluvia, cientos de personas se han congregado ansiosas por presenciar el momento culminante de esta celebración, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2002.
Nadia Pardo Alfaro, una niña tudelana de tan solo 7 años, era la protagonista de este año. Su rostro, iluminado por la emoción y el nerviosismo, reflejaba la responsabilidad que llevaba sobre sus pequeños hombros. Antes del vuelo, Nadia ha compartido su expectación con amigos y familiares, asegurando estar lista para el momento estelar.
Cuando ha llegado el instante esperado, Nadia, ataviada con el traje tradicional, ha cruzado volando la plaza de los Fueros con la mirada fija en la imagen de la Virgen María. Su corazón latía con fuerza mientras la multitud aguardaba en un silencio expectante. El momento cumbre ha llegado con las palabras pronunciadas por Nadia: ‘Alégrate María, que tu hijo ha resucitado’.
Aunque la Virgen María no estaba en la posición en la que la pequeña esperaba, al final Nadia, con manos firmes, ha conseguido retirar el velo negro que cubría la imagen y ha anunciado la Resurrección de Jesús de Nazaret. Un estallido de aplausos ha recorrido la plaza de los Fueros, eco de la emoción compartida de todos los tudelanos y visitantes que han seguido este acto.
Tras el vuelo, Nadia, aún emocionada, ha relatado su experiencia como Ángel de Tudela. “Ha sido todo muy rápido”, ha señalado. A pesar de la rapidez del vuelo, el momento de abrir las puertas del templete resonaba en su memoria como un sueño hecho realidad, un privilegio que jamás olvidará. El gesto de quitarle el velo a la Virgen, aunque con algunos contratiempos, se ha convertido en el momento más especial del acto para ella.
A pesar de haber dormido una hora menos por el cambio horario, Nadia ha afrontado la jornada con entusiasmo y ha recibido felicitaciones de todos los presentes durante la procesión. Sin embargo, al ser preguntada si le gustaría repetir la experiencia, ha respondido con sinceridad que no. Para ella, este momento único quedará grabado en su memoria como un recuerdo preciado de su infancia, una experiencia que, aunque breve, la ha llenado de orgullo.
Posteriormente, Nadia Pardo Alfaro, ha recibido su primera comunión en la Catedral de Tudela.
Orgullo y satisfacción en la familia
Para los padres de Nadia, Jorge Pardo e Iris Alfaro, la Bajada del Ángel ha sido un momento lleno de orgullo y emoción. Observar a su hija volar desde la Casa del Reloj ha sido una experiencia conmovedora, marcada por la serenidad y la calma que la pequeña demostró en todo momento. Aunque reconocen que ha habido momentos de nerviosismo, especialmente cuando la niña se ha enfrenado al momento de quitarle el velo a la Virgen, la sensación de verla cumplir este papel tradicional con gracia y determinación ha eclipsado cualquier preocupación.
“Hemos pasado un poco de nervios, pero la chica ha estado serena, ha mantenido la calma y ha sido impresionante”, han reconocido Jorge e Iris, que a su vez han confesado que “ha sido algo único y bonito poder vivirlo”.
El abuelo de Nadia, Pepe Alfaro, ha compartido su emoción por ver a su nieta participar en este evento tan especial. Haber llevado los días previos con tranquilidad y serenidad ha sido clave para garantizar que Nadia se sintiera cómoda y confiada durante la Bajada del Ángel. “Aunque ha reconocido que Nadia aún es joven y puede que no comprenda completamente la magnitud de este acto, su entusiasmo y dedicación han sido destacables”, ha asegurado Pepe Alfaro.
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