- Reivindicación principal: salarios ligados al IPC
- Críticas a la dirección y a la fórmula salarial propuesta
- Sentencias judiciales y alta conflictividad
- Deterioro del clima laboral y cuestionamiento del papel de RRHH
- Exigen un convenio justo
Los trabajadores de Iberdrola en Navarra se sumaron mayoritariamente a la huelga convocada ayer a nivel estatal por los sindicatos UGT, CCOO y ELA. Se trata de la primera huelga en los 33 años de historia de la compañía eléctrica, y su convocatoria llega en un contexto de fuerte malestar laboral derivado, según las organizaciones sindicales, de la pérdida continuada de poder adquisitivo y el empeoramiento de las condiciones de trabajo mientras la empresa alcanza beneficios históricos.
En Navarra, el seguimiento fue especialmente significativo. Según datos aportados por el sindicato ELA, la participación alcanzó el 60% en Pamplona, el 75% en Tudela, el 100% en Cordovilla y Castejón, y el 80% en Tafalla. La huelga afecta a los más de 9.500 trabajadores y trabajadoras que Iberdrola tiene en todo el Estado.
Reivindicación principal: salarios ligados al IPC
La principal exigencia sindical es una actualización salarial que garantice el mantenimiento del poder adquisitivo de la plantilla, algo que, según denuncian, no está contemplado en la propuesta de la empresa. En los últimos cuatro años, el IPC ha crecido un 18,1% mientras que las subidas salariales apenas han alcanzado el 2,8%, lo que supone una pérdida de poder adquisitivo del 15,3% para los trabajadores.
Los sindicatos consideran “inaceptable” que una empresa con los beneficios y la proyección internacional de Iberdrola no garantice este aspecto básico en la negociación colectiva. La eléctrica obtuvo en 2024 un beneficio neto de 5.612 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 16,8% respecto a 2020, acumulando un total de 18.639 millones en el conjunto de los últimos cuatro años.
Críticas a la dirección y a la fórmula salarial propuesta
La dirección de Iberdrola ha propuesto una fórmula de incremento salarial condicionada al cumplimiento de determinados objetivos empresariales, como el EBITDA del negocio en España. Esta fórmula ha sido rechazada frontalmente por los sindicatos, que la califican de “vergonzosa” y de “alejada de la realidad que vive la plantilla”. Consideran que se trata de un mecanismo que no tiene en cuenta el coste de la vida ni las necesidades reales de los trabajadores.
Las organizaciones sindicales también denuncian que, mientras los salarios de la plantilla apenas han crecido, las retribuciones de la alta dirección han seguido aumentando. El presidente de la compañía ha visto incrementado su salario en un 6,45% en el mismo periodo, acumulando 54,2 millones de euros en cuatro años. Además, critican el uso de cifras “infladas” por parte de la empresa sobre el salario medio de su plantilla —88.000 euros— que consideran irreales y orientadas a desacreditar las reivindicaciones ante la opinión pública.
Sentencias judiciales y alta conflictividad
El conflicto laboral con Iberdrola no es nuevo y ha ido en aumento en los últimos años. La Audiencia Nacional ha condenado a la compañía en al menos cuatro ocasiones recientemente por prácticas laborales ilegales. Entre ellas, la imposición de una doble escala salarial en el convenio de 2021, la modificación unilateral de beneficios sociales sin acuerdo sindical, y la anulación de la implantación del voto telemático en elecciones sindicales. También ha ordenado la revalorización de prestaciones del plan de pensiones conforme al IPC y ha declarado ilegal una subida salarial pactada con otros sindicatos.
A estas condenas se suman acuerdos extrajudiciales en materias como la penalización por absentismo, permisos por hospitalización, y restricciones en la tarifa para empleados, entre otros. La conflictividad se ha hecho especialmente visible en el contexto de la negociación del nuevo convenio colectivo, abierta desde enero y sin avances significativos hasta la fecha.
Deterioro del clima laboral y cuestionamiento del papel de RRHH
ELA, CCOO y UGT también han denunciado el deterioro del clima laboral en el seno de la compañía. Aseguran que los departamentos de Recursos Humanos actúan como un "sindicato paralelo" al atribuirse funciones que competen legalmente a la representación sindical, y que trasladan a la plantilla información sesgada para desacreditar las posiciones sindicales.
Según los sindicatos, Iberdrola ha intensificado en los últimos meses una campaña de comunicación interna que busca negar el deterioro de las condiciones laborales y desacreditar las reivindicaciones de la plantilla. Acusan a la empresa de utilizar informes y certificados sin valor objetivo para minimizar la pérdida de poder adquisitivo y presentar un escenario alejado de la realidad laboral que viven los trabajadores.
Exigen un convenio justo
UGT, CCOO y ELA exigen un convenio “justo y digno” que garantice el poder adquisitivo de la plantilla, reconozca su aportación al buen funcionamiento de la empresa y ponga fin al progresivo deterioro de sus condiciones laborales. Consideran que no es de recibo que una de las principales eléctricas del mundo, líder en el sector energético europeo, mantenga políticas laborales que consideran regresivas y alejadas del crecimiento económico de la compañía.
La huelga de este viernes se planteó como un primer paso de movilización, aunque no se descartan nuevas acciones si no se producen avances significativos en la negociación del nuevo convenio. La unidad sindical en esta convocatoria —ELA, CCOO y UGT— refuerza el mensaje de fondo: la plantilla está dispuesta a sostener la presión si no se atienden sus demandas básicas.