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Irache advierte sobre los riesgos de invertir en bitcoins

Por el momento, el 8% de los navarros lo ha hecho o tiene pensado hacerlo

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photo_camera Bitcoin.

La Asociación de Consumidores de Navarra Irache advierte sobre los riesgos de invertir en bitcoins u otras monedas virtuales. Según una encuesta encargada a Cíes, por el momento solo un 8% de los navarros ya lo ha hecho o tiene previsto hacerlo.

Por tramos de edad, son los jóvenes menores de treinta años los que en mayor medida han optado por esta inversión o piensan hacerlo -16%-.

El bitcoin es la moneda virtual más conocida. Cada vez son más las personas que han oído hablar de estos sistemas de pago virtuales y algunos pueden considerarlos como una forma fácil de ganar dinero. Sin embargo, antes de invertir en algunas de ellas conviene saber su funcionamiento y los riesgos a los que se expone quien lo hace.

Las criptomonedas se asemejan a cuentas de dinero digital. Para acceder a ellas se necesita una clave privada. Con esta clave y la dirección de destino de la cuenta se pueden hacer transacciones entre usuarios de esta moneda sin que medie ningún banco. No hace falta más infraestructura que una conexión a internet.

Existen plataformas que posibilitan y facilitan la gestión de criptomonedas. Conviene informarse antes de su uso de las posibles comisiones que puedan cobrar por las acciones que se realicen a través de ellas.

Ningún organismo cubre posibles pérdidas

Las criptomonedas no cuentan por el momento con el aval de ningún banco central ni autoridad pública. Tampoco están cubiertos por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversiones. Por tanto, su valor depende en exclusiva del propio mercado en el que circula sin ninguna garantía adicional y, si sucede algún imprevisto o se es víctima de un fraude, no habrá un organismo oficial que le cubra las pérdidas.

Hay que tener especial cuidado con la custodia de las claves privadas. Su pérdida o el acceso de ellas por parte de un tercero -de forma autorizada o no- puede hacer que el consumidor pierda o ya no pueda acceder al dinero que tenía invertido. Algunas plataformas que trabajan con criptomonedas suelen ofrecer sistemas de protección o recuperación de claves.

Alta volatilidad

Precisamente por su funcionamiento, las criptomonedas tienen una alta volatilidad y su valor puede oscilar mucho. Es decir, se puede revalorizar notablemente pero también caer con estrépito. Por ejemplo, el bitcoin llegó en noviembre pasado a su máximo histórico, pero luego en unos meses volvió a caer un 40%. Esto hace que sea un producto de alto riesgo, algo que el consumidor debe tener en cuenta.

Algunas de las criptomonedas pueden verse carentes de cierta liquidez y el inversor puede exponerse a sufrir pérdidas significativas si quiere deshacer la inversión, especialmente porque su circulación entre inversores, tanto minoristas como profesionales, es limitada.

No están generalizadas como medio de pago

La aceptación de las criptomonedas como medio de pago es aún reducida. Por ello, si el consumidor quiere hacer algún pago o saldar alguna deuda con algún organismo o administración, lo más probable es que tenga que liquidar su criptomoneda, convertirla en monedad oficial y a partir de ahí realizar el pago. Como se ha indicado, en la conversión ganará o perderá dinero en función del valor de la criptomoneda.

Dificultad de contactar con responsables

No siempre es fácil localizar o contactar con los agentes que intervienen en la emisión, custodia o comercialización de las criptomonedas. Aunque se logre dar con ellos, en ocasiones se sitúan en el extranjero. Son circunstancias que dificultan la posible resolución de problemas que puedan surgir con su uso.

Comodidad y anonimato

Por otro lado, entre los aspectos positivos puede destacarse que las criptomonedas ofrecen mucha comodidad en su uso: vale con una conexión a internet y con un smartphone, por ejemplo, puedo hacer transacciones en cualquier momento y desde cualquier lugar.

Otra ventaja que ofrecen es la facilidad de las operaciones y el anonimato. Al no estar regulado por la administración ni controlado por bancos, para muchas operaciones no se exige ninguna documentación. Por tanto, se suprime el papeleo.

Aunque algunas plataformas piden la identificación de los titulares al comprar las criptomonedas, el anonimato de estas cuentas es una de sus señas de identidad.

Conocer su funcionamiento y sus riesgos antes de invertir

Lo más importante es que el consumidor, antes de optar por este sistema de pago, tenga claras sus formas de uso, sus condiciones y sus riesgos. De esta manera, podrá tomar una decisión y asumir sus consecuencias.

Hace apenas quince días las autoridades europeas de supervisión del sistema financiero ya advirtieron que actualmente las criptomonedas no son adecuadas como inversión ni como medio de pago para la mayoría de consumidores. Mientras, desde Europa se comienza a trabajar en la regulación del dinero virtual.

La publicidad de criptomonedas o de plataformas que trabajan con ellas está cada día más presente. La CNMC pretende controlar la promoción de estos productos. Para ello, aprobó en enero una circular para que esta información sea clara y no engañosa. Entre otras cuestiones, obliga a incluir un mensaje que diga que “la inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido”.