Tudela instalará en 2026 un ascensor que transformará la calle Manresa
La actuación supondrá la renovación integral de este enclave del centro con zonas verdes accesibles y una inversión de 569.000 euros
Tudela dispondrá en 2026 de un ascensor urbano en la calle Manresa, una actuación cuyo objetivo es garantizar la accesibilidad universal en este céntrico tramo que conecta la avenida Zaragoza con la calle Juan Antonio Fernández. La inversión estimada alcanza los 569.074 euros, según explicó el concejal de Urbanismo, Zeus Pérez, en la presentación del proyecto junto al alcalde, Alejandro Toquero.
La actuación, que forma parte del Plan de Actuación Integrado de Tudela (PAITU), contempla no solo la instalación del ascensor sino también la renovación completa de la zona (urbanización, pavimentación, jardinería y actualización de las redes de abastecimiento y saneamiento).
“Se trata de un proyecto que representa mucho más que una simple obra en un espacio público”, ha subrayado Pérez. “Hablamos de una actuación que responde a una necesidad real y de la que se lleva hablando mucho tiempo”, ha añadido.
Por su parte, Toquero ha destacado que esta intervención “da por fin respuesta a una reivindicación histórica vecinal” y que “se suma a nuestro objetivo de hacer una Tudela más cómoda, más integradora y más accesible en términos de movilidad urbana”.
La redacción del proyecto ha sido adjudicada a una unión de licitadores formada por José Ignacio Zuazu Moneo, Marcos Jiménez Carrascosa, Alberto Adel Lázaro y Daniel Orte Ruiz, por un importe de 26.500 euros más IVA. El equipo cuenta con 90 días para presentar el proyecto definitivo, que determinará el coste final de las obras.
Respecto a los plazos de ejecución, Pérez indicó que se estima una duración de entre cuatro y seis meses. Además, ha explicado que la obra podría beneficiarse de financiación europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), con la resolución de la solicitud prevista para septiembre.
“Un espacio residual en el centro de Tudela”
Durante la presentación, el arquitecto tudelano José Ignacio Zuazu Moneo ha expuesto los detalles técnicos y la filosofía del proyecto. Según ha explicado, la calle Manresa es actualmente “una especie de espacio residual, sorprendente por estar en pleno centro de Tudela”, con un uso muy limitado al carecer de tráfico rodado y verse condicionada por la “muralla de escaleras” que desalienta su uso.
Zuazu ha recordado que la calle “solo cobraba vida en fiestas de Tudela, cuando se convertía en un espacio de encuentro”, y ha subrayado que uno de los retos principales es recuperar ese potencial y transformar la zona en un ámbito amable y útil para la ciudadanía.
La propuesta presentada contempla “urbanizar y dar un tratamiento unitario a toda la calle”, incluyendo arbolado y zonas verdes accesibles. “La zona verde que existe ahora cumple su función como pequeño pulmón urbano, pero es inaccesible. Al cambiarla por arbolado combinando especies de hoja caduca y perenne, lograremos que enriquezca el espacio urbano, proporcione sombra en verano y una imagen atractiva en invierno”, ha apuntado.
La propuesta incluye un ascensor para salvar el principal desnivel de unos 4,9 metros hasta una plataforma intermedia que da acceso a edificios residenciales, mientras que el resto del recorrido, con un desnivel de 1,9 metros, se resolverá mediante rampas que se aproximarán en lo posible al 4% de pendiente.
Por qué no llega el ascensor hasta arriba
Zuazu ha detallado que una cuestión técnica impide que el ascensor llegue hasta la cota superior de la calle: “La distancia entre el nivel intermedio y el superior es tan pequeña que no se pueden disponer dos puertas alineadas, lo que obligaría a construir rampas suplementarias que invalidarían la accesibilidad por otros medios”.
Por este motivo, se opta por mantener rampas que permitan la circulación en cualquier circunstancia. “Lo fundamental es que el acceso a las viviendas sea siempre posible aunque se estropee el ascensor. La experiencia con la Torre Monreal demuestra que los ascensores urbanos, al estar expuestos a vandalismo y a la intemperie, pueden fallar. Por eso este proyecto garantiza que, ante cualquier incidencia, siga existiendo un itinerario accesible”, ha destacado el arquitecto.
En este sentido, Zuazu ha explicado que se está valorado la alternativa de desplazar la torre del ascensor hacia el interior para eliminar la pasarela actual y ganar espacio urbano continuo. Este planteamiento permitiría crear un jardín vertical natural en el muro de contención que se generaría, una posibilidad que está siendo analizada en coordinación con los servicios municipales.
“Estamos estudiando si podemos desplazar la torre del ascensor hacia dentro y prolongar la zona verde, de manera que desaparezca la pasarela elevada. Sería un espacio más diáfano, con un jardín vertical y un ámbito de estancia más generoso”, ha indicado.
En todo caso, la idea fundamental, que ganó el concurso de ideas y fue valorada positivamente por la concejalía de Urbanismo, se mantiene: un espacio renovado y accesible que, como ha resumido Zuazu, “crea un nuevo eje peatonal con muchas posibilidades de convertirse en un lugar de estancia y relación, un espacio urbano vivo y sin barreras”.
Por último, Zuazu ha recalcado que otras opciones como la instalación de bandas o escaleras mecánicas se descartaron desde el inicio por su elevado coste de instalación y mantenimiento, especialmente en exteriores. “Salvo en ciudades como Madrid o Barcelona, este tipo de soluciones son inviable por presupuesto y por la dificultad técnica de su mantenimiento”, ha concluido.