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Héctor Urquía: "Queremos que la afición del Tudelano se sienta orgullosa de nuestro trabajo”

Héctor Urquía, entrenador del Tudelano.

A sus 32 años, el técnico riojano llega al banquillo del Ciudad de Tudela con ambición, ilusión y una propuesta de fútbol valiente y competitivo

Héctor Urquía es uno de esos entrenadores que respira fútbol desde que tiene uso de razón. A sus 32 años, este joven técnico riojano se ha labrado un camino desde abajo, con paciencia, ambición y muchas horas de campo. “Siempre he vivido en torno al fútbol y, lejos de esos hobbies que hemos tenido todos de chavales, también siempre ha sido mi trabajo profesional”, explica en una entrevista en Radio Tudela.

Formado como jugador en la Tercera riojana y con una sólida preparación académica (INEF y máster de preparador físico), Urquía ha entrenado desde los 16 años y ha dirigido todos los niveles del fútbol base hasta lograr hace dos temporadas un histórico ascenso a Segunda RFEF con el CD Anguiano.

Ahora aterriza en Tudela para dirigir a un club con historia, afición y potencial. “Desde el principio que me ofrecieron la opción, siempre he tenido mucha ilusión. El Tudelano es un club con mucho, mucho, mucho potencial”, subraya. 

Un estilo valiente para un equipo trabajador

Urquía tiene claras sus ideas. Llega al banquillo blanquillo con una propuesta de juego definida, aunque no cerrada. “Siempre soy un entrenador valiente que quiere ir a ganar todos los partidos. No me gusta mucho especular y menos con clubs como el Tudelano”. Asegura que construirá un equipo con alma, con valores sólidos dentro y fuera del campo. “Queremos ser un equipo muy humilde, pero muy trabajador, que no da nunca un balón por perdido, con generosidad, esfuerzo y sacrificio”.

La temporada pasada, el Ciudad de Tudela fue más obstáculo que aliado para el equipo. Urquía lo tiene claro: quiere convertirlo en un fortín. “En casa tenemos que ser valientes, con y sin balón. Que la gente esté orgullosa de nuestro esfuerzo y nuestra manera de jugar”.

Construyendo un grupo desde lo humano

Aunque la plantilla aún no se ha presentado oficialmente, Urquía está siendo parte activa en su diseño. “De la mano de Ramón, hemos ido trabajando para hacer la mejor plantilla posible para este año. Creo que Ramón ha trabajado muchísimo y está acertando también en lo personal”. Para el técnico, los valores humanos son esenciales. “A veces, esa manera de ser es más importante que tus cualidades técnicas o tácticas”.

En ese sentido, valora especialmente la apuesta del club por jugadores navarros. “Es muy importante. Toda la gente que sea de Navarra o que tenga mucha cercanía al Tudelano siempre te da un plus de sentimiento hacia el club, de vivir el día a día”.

Un equipo nuevo y un reto inmediato

La plantilla será prácticamente nueva en su mayoría, pero eso no le asusta. “Hay muchos ejemplos de plantillas nuevas que han funcionado bien. Estoy convencido de que, a base de trabajo y esfuerzo, vamos a hacer una plantilla muy competitiva”.

El objetivo prioritario es claro: salvar la categoría. Pero sin renunciar a cotas mayores. “Queremos ir partido a partido. El primer objetivo es la salvación, pero también salir a competir todos los días”.

Copa del Rey y pretemporada exigente

Urquía también pone la mirada en la Copa del Rey, aunque sabe que no es fácil acceder. “Jugar la Copa del Rey es un día muy bonito para el club, para Tudela, para todos los socios. Pero queremos ir paso a paso, igual que en Liga”.

La pretemporada comenzará el 23 de julio y el calendario incluirá amistosos de nivel ante equipos como el Arenas de Getxo o el Teruel (Primera RFEF). “Sabemos que va a ser exigente, pero intentaremos alternar partidos duros con otros de menor exigencia para distribuir bien las cargas”.

El mensaje del míster a la afición

Urquía concluye con un mensaje claro a la afición blanquilla: compromiso, trabajo y entrega. “Queremos que se identifiquen con nuestra manera de competir. Queremos ser un equipo muy ambicioso y humilde, que se identifique por su manera de trabajar, de competir, de ser intenso y aguerrido. Que todo el mundo, pase lo que pase, esté orgulloso de nosotros por nuestro trabajo”. Y lanza una promesa ilusionante: “Estoy convencido de que va a haber mucho esfuerzo, pero que va a merecer la pena”.