Dinero en efectivo, criptomonedas y pagos digitales: así pagaremos en el futuro
Lo cierto es que vivimos en una época donde la tecnología avanza a pasos agigantados y donde el dinero en efectivo parece estar en extinción. Las criptomonedas y los pagos digitales están ganando terreno rápidamente. Por un lado, pagar desde el móvil parece lo más fácil. Por el otro, cada vez hay más usuarios que invierten y quieren pagar con criptomonedas.
Los pagos digitales nos han puesto las cosas más sencillas y han transformado nuestra manera de comprar y vender. Con un simple toque en el móvil (o ni siquiera eso, basta con que lo acerquemos a un datáfono) podemos realizar una compra sin tener que llevar billetes ni monedas encima. Esto fue algo especialmente útil en la pandemia, donde el contacto físico se redujo al mínimo.
Asimismo, las criptomonedas han irrumpido de lleno en el mercado al ofrecer una alternativa descentralizada al sistema financiero tradicional. Además, permiten transacciones más rápidas, más seguras, anónimas y con menos comisiones. En el siguiente enlace se puede comprobar las criptomonedas que más han subido en el año, por si alguien busca invertir en ellas o tiene un poco de curiosidad.
¿El fin del dinero en efectivo?
Pareciera que el dinero en efectivo fuera a desaparecer de aquí a poco, ¿verdad? Sin embargo, más de la mitad de las transacciones en pequeños comercios en España todavía se realizan con dinero físico, y mucha gente prefiere mover la economía sin tener que sacar dinero del cajero o utilizar la tarjeta.
Por eso, parece que todavía no estamos preparados para dar el paso definitivo y volvernos ‘financiera y completamente digitales’. Pagar en efectivo es un hábito arraigado y para muchas personas mayores, entornos rurales o sectores no bancarizados sigue siendo la primera opción.
Además, el efectivo ofrece ventajas únicas que los métodos digitales nunca van a superar, como la privacidad financiera. Las operaciones digitales siempre dejan rastro, así que el efectivo nos permite mantener la confidencialidad de nuestras compras y mantenernos un poco al margen de entidades públicas o privadas (en cuanto al uso de nuestros datos).
No obstante, los pagos digitales y las criptomonedas tienen muchas ventajas. Eliminan la necesidad de llevar dinero en efectivo (así no lo pierdes y tampoco te roban) y puedes pagar desde cualquier lugar con solo un teléfono, móvil o tarjeta. Tampoco tienes que ponerte a contar billetes y monedas.
Por otro lado, las operaciones digitales suelen estar muy bien protegidas, con sistemas de encriptación avanzados para reducir el riesgo de fraude y con otras medidas de seguridad. Los bancos, las apps y otras formas de pago suelen contar, como mínimo, con el doble factor de autenticación.
Más allá de esto, todo lo que compras, queda registrado, y esto puede ser bueno. Puedes hacer un seguimiento de tus gastos, ya sea como control personal o de cara a cuestiones fiscales o legales. Además, el dinero digital no tiene barreras geográficas y viaja más rápido que el dinero en efectivo. Puedes hacer una transferencia en cuestión de minutos.
El auge de las criptomonedas (a pesar de que todavía hay gente que se resiste a ellas)
¿Y qué ocurre con las criptomonedas? Pues estas monedas digitales han ganado una gran popularidad en los últimos años y se espera que este 2025 sea un año muy positivo para ellas. La llegada de la Ley MiCA, que pretende regularizar a todo un sector, se va a encargar de estabilizarlas y atraerá a nuevos inversores y curiosos.
Además, como en el caso de los pagos digitales, las criptomonedas tienen muchas ventajas (y puede que incluso más). Estas monedas no dependen de gobiernos ni de bancos centrales, así que todos los que quieran desvincularse de estas entidades financieras y disfrutar de una mayor independencia pueden hacerlo fácilmente.
Por otro lado, las criptos se basan en tecnología blockchain, lo que ofrece una enorme seguridad gracias a su sistema de verificación descentralizado. Las transacciones son públicas y una vez que se registran no pueden modificarse, por lo que no hay riesgo de fraude. No como puede haberlos con los pagos digitales.
Las transacciones con criptomonedas tienen comisiones muy bajas, y esto puede ser especialmente importante para las personas que suelen hacer transferencias internacionales. Aparte, muchas personas las usan como una forma de proteger el valor del dinero frente a la gran depreciación de sus monedas locales, ya que en muchos países la inflación es bastante alta.
En cualquier caso, tanto los pagos digitales como las criptomonedas están cambiando la forma en que manejamos nuestro dinero. Aún así, es muy importante conocer los riesgos y las limitaciones de cada una de estas opciones para usarlas de manera responsable.