Apenas un año después de su adiós, Ferran Plana Oltra (Arenys de Mar, Barcelona, 13/03/1995) volverá la próxima campaña a portar en el pecho el escudo del Ribera Navarra Fútbol Sala.
El catalán, que se vio obligado a dejar el deporte de alto nivel debido a una lesión en su tobillo izquierdo, vuelve al Ribera Navarra FS de una forma distinta, fuera de la pista, pero al lado de ella. Lo hace con una doble función. Y es que será el nuevo coordinador de la Escuela del club, una labor en la que sustituirá a su admirado Javi Lescún, y, además, formará parte del cuerpo técnico del primer equipo, capitaneado por Pato, su entrenador durante las cuatro campañas que vistió la camiseta del equipo ribero.
Ferran, que en la última campaña ha entrenado a los equipos Infantil, Juvenil y Sénior del Futsal Arenys de Mar, su localidad natal, se muestra “con muchas ganas de trabajar otra vez con los peques”. “Creo que la Escuela es el mayor activo que tiene el club y el hecho de que los entrenadores sean los jugadores del primer equipo le da un valor incalculable”, señala el que fuera cierre naranja durante 90 partidos de Liga.
La idea es clara: “Continuar con la misma línea de trabajo de Lescún”. Para Ferran, sustituir al leonés, amigo personal, “es un reto que probablemente sea imposible porque es un pilar fundamental, sé como trabaja y creo que es irremplazable, pero voy a intentar hacerlo lo mejor posible y sé que él me va a ayudar en lo que haga falta porque tampoco se va a desprender tan fácilmente del Ribera Navarra FS”.
Nuevo miembro del cuerpo técnico
Asimismo, Ferran se sumará al cuerpo técnico encabezado por Pato. “Estoy muy ilusionado y la idea es sumar, ayudar en todo lo que pueda y ser un poco la mano derecha del técnico y el enlace con la plantilla”, manifiesta un Ferran que no esperaba regresar tan pronto. “Sabía que volvería porque Tudela es mi segunda casa, pero no esperaba hacerlo tan pronto”, ha explicado el catalán, que vivió un cúmulo de sensaciones cuando recibió la llamada de Samuel Pozos, director deportivo. “Me bloqueé un poco porque acababa de llegar a mi pueblo después de un año complicado y pensaba en otro futuro, pero no me costó decidirme porque es una oportunidad única de seguir creciendo y formándome desde el otro lado. Si no la hubiera aceptado, seguramente me hubiera arrepentido toda mi vida”, ha reconocido Ferran.
