HISTORIA Y MISTERIO

La Cueva de Caco. Los Fayos, tierra de gigantes

Nos adentramos en esta ocasión en la leyenda de la Cueva de Caco de Los Fayos, donde tres gigantes transformaron la orografía del lugar.

Los Fayos
photo_camera Los Fayos

Hoy en Lugares Mágicos de la Ribera, vamos a coger nuestro morral, a cargarlo de fantasía e imaginación, y nos vamos a dirigir a un pequeño pueblo situado muy cerca del mágico Moncayo en su vertiente Zaragozana; Los Fayos.

Un pueblo de tan solo 136 habitantes censados, pero lleno de belleza y encanto. Y que recibe su nombre, por los fenómenos tectónicos que en la antigüedad dieron origen a su orografía.  

Porque la imagen que nos brinda este pequeño pueblo al acercarnos a él, ya es impresionante. Los Fayos se aloja al resguardo de majestuosas paredes de roca por un lado, y por otro, de la imponente Presa del Val, que con sus 96 metros de altura aprovecha las paredes del barranco para embalsar las aguas del rio Val afluente del Queiles y al cual da sus aguas generosamente en el mismo pueblo. 

los fayos y el val

Pero dejando de momento  esta construcción atrás, podemos observar a simple vista mirando la silueta de este pueblo y su contorno, que la mano del hombre, ya dejo su impronta desde la antigüedad en estas tierras.

Porque en las grandes rocas, bajo las que el pueblo se alza, encontró el hombre desde la más remota antigüedad, en época ya prehistórica, cobijo y refugio para poder vivir y resguardarse de las inclemencias del duro clima que aquí reina. Aun hoy en día, podemos contemplar las huellas de varios corredores que comunican las cavernas y los huecos, que en varias alturas se encuentran en la pared, y que nos dan buena prueba de su uso en la antigüedad. 

En algunas de estas cuevas casi inaccesibles y a las que solo se puede acceder por un sistema de cuerdas, destacan salas en las que podemos encontrar camastros de piedra, estantes y marcos de puerta cincelados a golpe de herramientas.

También fue lugar donde vivió de forma ermitaña, según su propia leyenda cuenta, el Patrón de Tarazona, San Atilano. No fue hasta la época medieval año 1148 donde la historia nos cuenta que el Rey García Ramírez de Navarra  construyo en él un castillo, que aprovechaba y contenía varias de sus estancias en una de las grandes cuevas naturales, situada en alto y a la que solo se podía acceder por medio de una escalera móvil.

Del mismo aún queda parte del Tapial, su aljibe y los restos de una de las dos torres vigías que se hallaban en lo alto del risco de la montaña y a la que se accedía por el interior de la cueva. 

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Pero entre todas estas Cuevas, existe una en particular que guarda una magia especial, y contiene una leyenda desconocida y singular que marca el folclore de toda esta zona.

Esta es la Cueva de Caco, una oquedad de grandes dimensiones 14,30 metros de diámetro por 17 de altura, con una impresionante boca de entrada a la misma de 9 metros de anchura. 

¿Pero por qué recibe este nombre tan singular esta cueva?
¿Quién era Caco, y por qué residía en esta zona? 

Caco, era un Gigante de la Mitologia Romana, ladrón y amigo de lo ajeno, hombre de tanta astucia como fuerza, que se refugio en esta cueva huyendo de sus perseguidores. Aquí vivía el titán, cuando Hércules y Pierres, que a la sazón habitaban en Tarazona, tuvieron noticia por la fama que adquirían sus proezas, de que en este punto existía el gran Caco, y dispusieron a ir a verle y conocerlo. 

Cuentan también, que cuando Hércules y Pierres llegaron a aquel punto que llamaban El Plano, encontraron a una mujer, que resulto se hermana de Caco, la cual estaba arando. Y al preguntarle que donde se hallaba su hermano, la mujer contesto: “Allí.” Y al mismo tiempo levantando el arado formado por doce bueyes a él uncidos a la altura de su cabeza, señalo el lugar donde estaba la cueva. A esta se dirigieron los visitantes encontrando a Caco, que les invito a beber vino en una tinaja de veinticinco cantaros, manejada con una mano a guisa de vaso. 

Debieron de simpatizar los tres personajes, cuando allí se proyectó una cacería al Moncayo, la cual se llevó a efecto. En esta cacería tuvieron la mala suerte de no hallar pieza alguna. 

Volvían ya contristados, de la ingrata fortuna que les privaba de poder lucir sus respectivas habilidades, cuando apareció nada menos que un gigantesco león de los que entonces en esa época habitaban en el Moncayo, al cual se abalanzo Caco, y cogiendo de ambas mandíbulas lo desgarro haciéndole dos pedazos. No queriendo ser menos Pierres, cogió una vaca viva y se la cargo al hombro. Por su parte, Hércules arranco de raíz una corpulenta haya y cogiéndola por la copa a guisa de bastón, bajo con ella hasta Tarazona” 

Quiero que los oyentes se queden con esta historia, porque nos va a servir de unión con nuestra visita en el siguiente programa, en el cual mencionaremos la imagen de estos tres gigantes ocupando un lugar muy singular…pero continuemos.

“Pero nos sigue contando la leyenda, que cierto día y sin saber la razón y el porqué  y haciendo honor a su fama, el Gigante Caco, le robó cuatro vascas y cuatro bueyes a Hércules, las cuales arrastro del rabo para que sus huellas engañaran a este cuando siguiera su rastro, pero el resto del ganado oyó y siguió los mugidos de una de las novillas robadas. 

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Hércules, dándose cuenta de la afrenta, siguió a Caco hasta su guarida, haciéndole salir y comenzando un duro combate de colosos…fruto de los arañazos propinados por los mismos fueron brotando los ríos, formándose las peñas y de los barrancos del Moncayo de las piedras que ambos se lanzaban. Hasta que finalmente Hércules, resulto vencedor y cogiendo el cuerpo inerte de Caco, lo enterró poniendo sobre su tumba lo que hoy en día llamamos la montaña del Moncayo

Así que ya saben nuestros oyentes, que cada vez que se acerquen a esta mágica montaña, y contemplen su caprichos y rocosa orografía, están caminando junto a rocas que formaron parte de una lucha de gigantes y posando sus pies encima de la mítica tumba de un gigante al que el gran Hércules dio caza y justicia por sus afrentas.

Moncayo

Y esta leyenda de la Cueva de Caco, nos sirve de punto de unión con el lugar mágico que visitaremos la semana que viene: Tarazona. Donde descubriremos que esta leyenda quedó plasmada en uno de sus edificios más simbólicos, y nos asombraremos a saber que quizá su fundación tiene una relación muy estrecha con un descendiente de Noé constructor del mítico Arca de la Alianza.