HISTORIA Y MISTERIO

Autol y El Miserere del Monte Yerga

Una historia de intriga en torno a un viejo Miserere que tenía el poder de convertir en bondad todos los actos maliciosos cometidos por una persona.

yerga

AUTOL Y EL MISERERE DEL MONTE YERGA

En el último programa, Javier Cabrejas, despedía su sección de “Lugares Mágicos de la Ribera” desde la biblioteca del Monasterio de Santa María la Real de Fitero, donde Bécquer nos empezaba a narrar, como entre sus viejos volúmenes, encontraba un cuaderno de música, “Un Miserere” con unas extrañas anotaciones: 
“Crujen, crujen los huesos, y de sus medulas han de parecer que salen alaridos…; Las notas son huesos cubiertos de carne, lumbre inextinguible, los cielos y su armonía…¡fuerza!...¡fuerza y dulzura!.

Y al preguntar Bécquer a unos de los monjes de donde provenía este pergamino, éste le empezó a contar una vieja leyenda.

Ésta nos habla de cómo un romero llegó una noche de lluvia a esta abadía después de haber recorrido gran parte de Europa, en busca de una canción perfecta de arrepentimiento y perdón para Dios, que fuera capaz de paliar y convertir en bondad todos los actos maliciosos e incluso un crimen que cometió en su juventud.

El monje que le escuchaba le hablo del viejo Miserere de la Montaña, el cual se cantaba siglos atrás por unos monjes que habitaban el viejo Monasterio Cisterciense de Yerga, cerca del Autol.

Estos monjes fueron asesinados el día sagrado del jueves Santo antes del canto del Miserere, por el hijo de un Señor Feudal que había donado estas tierras a los antiguos monjes...

El Romero ávido de escuchar tan perfecta melodía de arrepentimiento y pese a las advertencias, visito esa noche el lugar, siendo testigo de cómo las viejas y destruidas piedras del monasterio así como sus vidrieras hechas añicos, iban de nuevo colocándose una a una, acompañadas de una algarabía de sonidos, volviendo a mostrar todo su esplendor…y como una vez reconstruido como por arte del diablo toda la estructura, unas voces lejanas empezaron a sonar, siendo el preludio de la aparición de los esqueletos de aquellos monjes, que se acercaban a entonar “El Miserere”

El Romero pese al pánico, pudo escuchar gran parte de los salmos y la sinfonía, más antes de oír sus últimas notas cayo inconsciente por el terror…acto que después cuando quiso escribir el miserere que en tales circunstancias escucho, le impidió poder completar la obra de perdón por sus pecados, que tanto ansió…

El Pueblo de Autol, recrea el último sábado de Junio y en las mismas ruinas del Monasterio de Yerga, situadas a doce kilómetros de la localidad, y con la noche como telón de fondo, esta leyenda de “El Miserere” por parte de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Autol. Un acto digno de contemplar, y que llena de magia cada año, este lugar.

Pero Autol, puerta de entrada al valle del Cidacos está lleno de historia, leyendas y de sitios mágicos y encantadores que visitar.

Autol

En las orillas del Rio Cidacos, que cruza esta localidad, tuvo lugar la batalla de Tseima en el año 843, en la que Muza gobernador de Zaragoza y aliado del rey cristiano de Navarra, venció a las tropas del Califa de Córdoba Abderramán. 

De su clara importancia estratégica a lo largo de la historia, nos quedan las ruinas de lo que fue su castillo, enclavado en lo alto de una roca imponente, a cuyas faldas discurre el rio...en este Castillo se cuenta como en agosto de 1445 unos facinerosos apuñalaron a los Señores de Autol y se apoderaron del Castillo, pero la población y parte de la nobleza cercaron el recinto volviéndolo a conquistar en tan solo treinta días…

ruinas

Es imposible no imaginar aquellos tiempos antiguos, de caballeros y sarracenos luchando en época de reconquista al contemplar estas ruinas y su imponente ubicación…

Y a tan solo unos metros de las mismas, se halla el monumento natural más representativo y fotografiado de Autol. Se trata de dos esbeltas formaciones rocosas, dos joyas geológicas de la erosionadas por el agua hacia millones de años, y en la actualidad por el viento.

El primero tiene por nombre “El Picuezo”, con una altura de 45 metros, y el segundo llamado “La Picueza”, tiene una altura de 30 metros. 
Y como no podía ser de otra manera, estos dos monumentos rocosos tienen una leyenda para su formación…

Se cuenta que el Señor del Castillo poseía una viña muy especial, que daba exquisitas uvas, que alguien estaba robando. Una noche, el guarda sorprendió a una pareja que ocultaba algo en una cesta; les pidió que lo mostraran, sospechando que eran las uvas, a lo que la pareja se negó y tentó al diablo diciendo: “que nos volvamos piedra, si son uvas lo que aquí llevamos” 

La maldición cayó sobre ellos por mentir, porque eran unas uvas del Señor lo que ocultaban. Cualquiera que fuera la causa de su conversión en piedra, esta pareja de enamorados sigue en algunas ocasiones, y según dicen algunos de los paseantes nocturnos de la zona, susurrándose palabras de amor…o será quizás el viento, o el ruido del agua serpentear por las próximas rocas…  

Nadie conoce realmente su origen o quien les dio esos nombres tan extraños. Lo cierto es que el viento y el agua les han dado para alguna forma de hombre y mujer o incluso de frailes capuchinos…depende de los ojos con los que se mire…pero lo que ningún ojo puede negar, es que son realmente extraordinarios…